Lejos han quedado los tiempos en los que comprábamos discos de música para añadirlos a nuestra colección en la estantería. Quitando algunos excepciones como los coleccionistas o los más puritanos, la música digital manda, y en este sector o mercado cada vez vez más en alza, hay un claro protagonista destacado, Spotify.
De Spotify poco se puede hablar que no sepamos ya. Lanzado durante el 2008 gracias a Daniel Ek –puedes conocer a éste y a otros fundadores de compañías tecnológicas en este interesante artículo–, nos encontramos ante una de las empresas de moda en la actualidad. Su éxito radica en la calidad del servicio ofrecido al devorador de música digital en dos variantes. Una gratuita, con la que tendremos alguna que otra limitación, como por ejemplo anuncios entre canciones, y otra que va acompañada con el pago de una determinada cantidad de dinero al mes, con la que podremos disfrutar de todo el contenido de Spotify sin límites ni interrupciones.
Mientras las discográficas se tiraban de los pelos relacionando la baja venta de discos con la piratería –y no con el cada vez más elevado precio de éstos–, Spotify se llevaba grandes cantidades de dinero. El consumidor no busca la piratería, busca la calidad, y si se le ofrece una plataforma de contenido multimedia acorde con sus gustos, pagará sin duda alguna. Es lo mismo que sucede con las películas y televisión. Mientras el cine cae estrepitosamente debido a sus precios, plataformas de pago como Netflix –esperemos que llegue pronto a España– logran cada vez más adeptos.
Conclusión, hay que invertir en estas empresas. Y así lo saben los que tienen el dinero en esta sociedad en la que vivimos. De acuerdo con The Wall Street Journal, Spotify está muy cerca de llegar a un acuerdo con Goldman Sachs Group Inc y algunos fondos de inversión de Abu Dhabi para mejorar su financiación y elevar su capital.
Un negocio no tan rentable
Aunque puede parecer mentira, a Spotify no le sale barato su modelo de negocio. Basado en la figura de la regalía (pago que se efectúa al titular de derechos de autor, patentes, marcas o know-how a cambio del derecho a usarlos o explotarlos), deben pagar hasta un 70% de sus ingresos. Este hecho, unido a que “solo” 15 millones de usuarios pagan los 9,99 dólares al mes, frente a los 45 millones que utilizan Spotify de forma gratuita, ha provocado que ciertos inversores empujen a Spotify para que elimine la opción free, cosa que la empresa se niega rotundamente, ya que para ellos es una muy buena forma de captar nuevos clientes.
Si sumamos también la aparición de nuevos competidores en este sector como Apple o Google, la nueva inversión que recibirá Spotify de unos 400 millones de dólares, vendrá como agua de mayo. 400 nuevos millones que harán que la empresa alcance un valor total de 8.400 millones de dólares, más del doble que su máximo rival, Pandora (3.500 millones de dólares).
El otoño pasado, Canadá fue el 58º país en poder acceder a Spotify. Ahora, la plataforma de música digital quiere lanzarse a otros mercados como el japonés y el ruso, aunque en este último parece que no lo tendrán nada fácil debido a las leyes que rigen Internet y a la malas condiciones económicas del país.
De todas maneras, esta nueva inversión, ¿permitirá a Spotify realizar todos estos futuros planes? O por el contrario, ¿explotará como una burbuja? Cierto es que Spotify sigue creciendo a pasos agigantados, pero, ¿es eso bueno para la empresa? Sólo el futuro lo dirá.