Los seres humanos llevamos décadas buscando una forma segura, barata y limpia de satisfacer nuestro voraz apetito energético. Los recursos del planeta se agotan, aumenta tanto la contaminación como el cambio climático, y parece que en lo único en que pensamos es en empeorar el problema. Sin embargo, la misma energía que mantiene vivas a las plantas es la que podría hacer funcionar nuestras ciudades en el futuro, a pesar de que nadie apostaría hace tiempo por lo solar.
En este artículo vamos a ver cómo la energía nuclear ha fracasado de forma rotunda, y al mismo tiempo los paneles fotovoltaicos han evolucionado. Comprobaremos que la energía solar, a pesar de tener importantes desventajas, no para de ganar relevancia, y descubriremos que en España nos estamos quedando atrás. Comienza nuestro análisis:
El fiasco de lo nuclear
Tras el descubrimiento del poder del átomo, la Humanidad pensó que el problema de la energía pasaba a un segundo plano. Por fin era posible generar enormes cantidades de energía a un coste bajo, sin realizar emisiones de gases y sin los problemas de disponibilidad de otras materias primas. El problema es que los años fueron corriendo, y lo que parecía un sueño se transformó en una pesadilla. Comenzaron los accidentes en las centrales nucleares (algunos muy graves), el tema de los residuos pasó de suponer un detalle a volverse un verdadero problema, y la sociedad se posicionó en contra de todo lo relacionado con romper el átomo.
Sin embargo, aún hay esperanza para un futuro nuclear. En Francia se está construyendo un reactor de fusión experimental, que debería permitir obtener energía en grandes cantidades, sin peligros de fugas radiactivas ni residuos de larga duración. El problema es que este proyecto, aunque cuenta con bases teóricas sólidas, no ha demostrado nada todavía, y vemos avances en la fusión, pero tímidos. Puede que el futuro a largo plazo sea esta técnica, pero ahora mismo no se encuentra lista, y necesitamos otras alternativas.
El avance de los paneles solares
No es ningún secreto que el sol se trata de la principal fuente de energía de nuestro planeta, la que impulsa el desarrollo de toda la vida. El problema es que los seres humanos no habíamos encontrado una forma óptima de aprovechar el sol para nuestras necesidades. Por ahora aún nos queda mucho que mejorar, pero el trabajo realizado hasta el momento ha sido enorme, y permite contemplar el uso de paneles solares como una alternativa viable.
Ahora mismo la gran estrella son los paneles fotovoltaicos, que permiten producir electricidad directamente de los rayos del sol con una eficiencia aceptable. La energía solar ya se ha vuelto competitiva a nivel económico respecto a la tradicional. Alemania, un país con el que en España se suele comparar habitualmente, se trata del líder mundial en energía solar, lo que le está ayudando a eliminar la dependencia nuclear. Y no debemos olvidar que en Alemania hace mucho menos sol que en España.
Países como Estados Unidos, Japón o China también apoyan la producción solar y cada vez instalan más potencia, mientras que algunos archipiélagos aislados empiezan a adaptarse a depender sólo de los rayos del sol.
Ventajas y desventajas
La energía solar es lo mejor que tenemos ahora mismo, pero no resulta perfecta. La electricidad hay que consumirla en el momento en que se produce, ya que almacenarla a gran escala es imposible, y a nivel particular tampoco resulta sencillo. Así que, cuando no apriete el sol, nos quedaríamos sin electricidad. Sin embargo, un buen complemento para la energía solar es la eólica, ya que los días nublados suele hacer viento. Y está la hidroeléctrica, junto a las opciones tradicionales.
Aunque se están abriendo grandes plantas de energía solar, la actual tendencia es instalar los paneles en los edificios particulares y autoabastecerse. La opción más sencilla es conectarse a la red general cuando no podamos producir todo lo que necesitamos, pero el uso de baterías ya resulta posible, a pesar de que complica la instalación y eleva los costes. Obviamente, a día de hoy resulta ilógico pensar en la energía solar como una fuente única, pero como complemento representa una gran alternativa.
España, a la cola
El número de horas de sol que recibe España en el centro y sur de la península hacen del país un lugar privilegiado para instalar paneles fotovoltaicos. Sin embargo, nuestros políticos imitan a Alemania en lo que les conviene, pero se alejan de su modelo si sus intereses se ven perjudicados. En España los partidos tradicionales tienen fuertes vínculos con las empresas eléctricas, y apoyar la energía solar supondría hacerles perder millones de euros a esas compañías.
El resultado es que la energía solar, que representa el futuro para naciones como Estados Unidos o Japón (incluso empresas como Apple apuestan por lo renovable), se ve severamente penalizada en España, con el objetivo de que los consumidores no dejen de abonar su factura mensual a las eléctricas. Un verdadero despropósito, que no tenemos claro cuándo verá su fin. Pero es de esperar que tarde o temprano lleguen presiones desde la Unión Europea, o que un cambio político revolucione el sector. Desde luego, la situación actual supone un escándalo.
Lo cierto es que el camino ha sido largo, y aún hay quien no está convencido, pero ha resultado que la fuente de energía limpia, barata e ilimitada que necesitábamos era la solar, siempre ayudada ayuda por la eólica y la hidroeléctrica. No quiere decir que las demás fuentes vayan a desaparecer por completo, pero el tiempo hará que se vuelvan minoritarias, y que se vean más como una ayuda para mantener el sistema en funcionamiento en horarios concretos, no como la primera opción.
¿Qué opinas tú de este tema? ¿Es el momento de dar el salto a la energía solar, o aún crees que el futuro del sector depende de las nucleares?
