Vivimos en una sociedad en la que el machismo, a pesar de que disminuye año tras año, sigue más presente de lo que nos gustaría. Las mujeres europeas trabajan 59 días gratis al año o, lo que es lo mismo, su salario resulta un 16,4% menor que el de un hombre. España se trata de uno de los países en los que la brecha salarial aumenta en vez de disminuir, y en el 2014 se alcanzó un escandaloso 17,8%. Cifras muy serias, que demuestran que queda mucho por hacer en este campo. Y la verdad es no tranquiliza demasiado saber que, si eres un hombre, Google te mostrará anuncios de trabajos mejor pagados. Desde luego, un hecho sorprendente, y que debemos analizar.
Hace tiempo ya vimos que Google quiere que las mujeres aprendan a programar, y la verdad es que normalmente las empresas tecnológicas de Silicon Valley son muy progresistas. Pero leemos en The Verge que los anuncios de Google no resultan demasiado igualitarios. Las evidencias provienen de un estudio conjunto de la Universidad Carnegie Mellon y del International Computer Science Institute, que simularon la navegación de distintos perfiles de usuarios para sacar algunas conclusiones interesantes, y que nos hacen pensar que algo falla en los anuncios de Google, ya sea por parte de la propia empresa o de los que contratan sus servicios.
El caso de los anuncios de trabajo
Los investigadores usaron un software automatizado llamado AdFisher que simulaba la navegación web, y que estaba configurado con perfiles de hombres y de mujeres. El resultado fue que las sesiones que se hacían pasar un hombre recibían más anuncios prometiendo grandes salarios que las sesiones que simulaban ser una mujer. En ambos casos, la navegación se realizaba en páginas de empleo, ya que en los anuncios de Google no suele resultar común que se ofrezcan trabajos remunerados a los internautas.
Lo cierto es que el funcionamiento de los complejos algoritmos que manejan la publicidad de Google es bastante misterioso, ya que se tratan de un gran activo comercial que la empresa mantiene en secreto. Pero no estamos ante la primera vez que un sistema automático pone en un compromiso a la gran multinacional. El pasado abril se descubrió que escribiendo la palabra CEO (el máximo responsable de una empresa) sólo salen imágenes de mujeres en el 11% de las búsquedas en Google, cuando en Estados Unidos el 27% de los CEOs son mujeres. El escándalo resultó incluso mayor hace unas semanas, cuando el algoritmo de reconocimiento automático de Google Fotos confundió a dos personas de raza negra con gorilas.
Las clínicas de rehabilitación
Seguro que si una persona sufre una adicción y busca ayuda en Internet lo que espera es que no quede rastro de ello, y eso debería de estar protegido por las políticas de privacidad de las compañías. Pero la investigación de la Universidad Carnegie Mellon y del International Computer Science Institute ha comprobado que, si navegamos en páginas sobre abuso de determinadas sustancias, luego nos aparecerán anuncios de programas de rehabilitación.
Se trata de un problema de privacidad serio, ya que es de público conocimiento que los anuncios de Google se relacionan con nuestros hábitos de navegación, aunque la opción se pueda desactivar. En el caso de ordenadores compartidos, este fallo podría hacer que las adicciones de un usuario fueran descubiertas por terceros. Además, Google indica a los internautas los intereses que monitoriza, y en ningún momento ha hecho constar que la rehabilitación de adicciones sea uno de los que puede asignar a nuestro perfil publicitario.
¿Google es machista?
Google es machista, como la mayoría de las empresas actuales, pero no podemos asegurar que el estudio que hoy nos ocupa se trate de una prueba de ello. Como hemos comentado antes, Google se ha vuelto muy opaca en determinados asuntos, y resulta difícil averiguar si ha tenido mala intención en este caso, al menos sin analizar sus algoritmos secretos. Los investigadores responsables no saben muy bien sobre quién puede recaer la culpa de estos anuncios machistas, debido tanto a la opacidad de su funcionamiento como a su extrema complejidad.
Creen que Google podría ser responsable por enfocar los anuncios a un género concreto, pero tampoco descartan que los anunciantes usen sus herramientas para dirigir determinada publicidad a los hombres, siendo los culpables últimos. Pero los investigadores incluso consideran que tal vez Google no sea capaz de controlar su propio sistema de anuncios, que se ha vuelto extremadamente complejo y grande. Piensan que, sin mala fe por parte de Google y de los anunciantes, los algoritmos pueden dar lugar a resultados por completo inesperados, siendo entonces los causantes únicos del problema.
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Está claro que la marca del buscador debe corregir este asunto. Dado que lleva años intentando aumentar la cantidad total de mujeres en su plantilla, ahora es el momento de mostrar un fuerte compromiso por la igualdad. Está claro que el comportamiento de un algoritmo resulta muy complejo y puede necesitar mucho trabajo entenderlo, pero uno no puede evitar tener la impresión de que si los anuncios de Google ofrecen salarios más altos a los hombres no es por casualidad, sino porque el software ha aprendido esto de los humanos. Desde luego, la guerra contra el machismo puede llegar a tener lugar en campos de batalla del todo inesperados.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que no debemos echar la culpa a Google por lo que decida uno de sus algoritmo, o piensas que este comportamiento no puede ser fruto del azar?