Muchas veces nos recuerdan lo importante que es para el futuro de nuestro planeta reciclar los envases de los productos. Claro, hay toda una industria millonaria en torno a los residuos que quiere ocultar la verdad: reciclar resulta bueno para el medio ambiente, pero sería muchísimo mejor no generar desechos desde un primer momento. Sara Wolf y Milena Gimbovski eran conscientes de que el problema resultaba grave, y que muchos consumidores querían enfrentarse a él. Así que el año pasado abrieron Original Uverpackt, el primer supermercado sin envases, que conocemos gracias a Ecología Verde. Una idea a medio camino entre una tienda tradicional y un negocio actual, pero que parece funcionar bien.
El local se encuentra en Berlín, una gran urbe con una considerable conciencia ecológica y, tras su éxito, otros empresarios han imitado la idea. Así que vamos a conocer el problema de los envases, echaremos una ojeada a la propuesta de Original Uverpackt y veremos que este tipo de negocios pueden funcionar, atrayendo a determinados consumidores. Comienza nuestro recorrido por el futuro de la supermercados:
El problema de los envases
Sólo tienes que mirar a tu cubo de la basura para darte cuenta de que en las sociedades occidentales se genera una cantidad de residuos insostenible a nivel ambiental. Se calcula que el 40% de todo lo que acaba en el vertedero son cajas, botellas, paquetes… Los esfuerzos por separar los distintos componentes y reciclarlos suponen un claro error. Seguro que recuerdas las tres R: primero reducir, luego reutilizar y por último reciclar. Es decir, debemos consumir menos, usar varias veces cada objeto y, como opción final, reciclar. Obviamente, esto no ocurre a día de hoy, aunque sí vemos ideas curiosas como los vaqueros fabricados con el plástico que ha acabado en el océano.
No es ningún secreto que, por motivos de marketing, muchos envases se hacen más grandes de lo necesario, o recurren a materiales exóticos e innecesarios. Pero, realmente, la solución debería ser mucho más radical que limitar los packaging y reciclar más. Tendríamos que prescindir por completo de los envases y comprar a granel. Es decir, llevar nuestras propias bolsas, tarros y botellas para rellenarlos en el supermercado. Puede parecer una medida absurda, pero la situación de emergencia de nuestro planeta requiere de esto y de mucho más.
Así funciona un supermercado sin envases
La idea es sencilla, aunque desde luego no práctica. Si vas a comprar pan, acudes a la tienda con una bolsa de tela, si quieres pasta o arroz, deberás llevar un tupper o un bote de cristal, si necesitas leche, una botella. Desde luego, ser ecológico implica un esfuerzo, ya que hay que planificar mucho más las compras. Pero aporta otras ventajas. Dado que los productos se encuentran en dispensadores, sólo nos llevamos la cantidad que necesitamos, no la que ha decidido el fabricante. En un negocio local es fácil vigilar el uso de estos dispensadores, aunque en uno grande podrían surgir problemas de vandalismo y falta de higiene.
Junto a cada alimento se indican sus ingredientes detallados y su origen. En determinados casos no ha resultado posible aplicar el sistema de traer los envases de casa (por ejemplo, las mermeladas), así que se propone un “préstamo”. El cliente se lleva el producto en su envase, pero se espera que lo devuelva tras consumirlo, de forma que se pueda volver a utilizar. Original Uverpackt vende la mayoría de los productos necesarios para el día a día, así que se trata de un negocio para todos.
Un negocio rentable
Sara Wolf y Milena Gimbovski pidieron a un inversor 50.000 euros para hacer su idea realidad, y el éxito fue tan grande que en tres semanas ya los habían recuperado. En este caso, su supermercado es ecológico en el sentido de que no recurre a los envases, pero no vende sólo productos de agricultura ecológica, veganos o para personas que siguen algunas de las dietas específicas más conocidas. Otras propuestas similares a lo largo del globo sí que comercializan alimentos mucho más especiales, pero eso los aleja del gran público. Los precios suben, se alejan del gusto del consumidor medio y se transforman en tiendas para hipsters de clase media-alta.
De todas formas, Original Uverpackt sí que vende productos en general saludables (aunque no deja de lado los dulces), y procura escoger proveedores locales, lo que los transforma en más ecológicos, ya que se evita contaminación por el transporte de la mercancía. El reto, una vez demostrada la viabilidad de este modelo, es hacer que esta tienda excepcional se transforme en la norma.
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¿Resulta posible aplicar el modelo de los supermercados sin envases a las grandes cadenas generalistas? En España se pueden encontrar productos a granel en hipermercados y tiendas pequeñas, pero siempre de forma limitada, y se nos proporcionan los envases. Es posible que a las grandes superficies les gustara un modelo sin envases, porque les ayudaría a reducir costes, pera a las marcas les horrorizaría la idea de perder el factor de diferenciación que les aporta su packaging. Y a la inmensa mayoría de los clientes no les agradaría nada el cambio.
Así que la única forma de librar los supermercados de los envases sería por ley, pero… ¿de verdad esto es realista? La contestación social resultaría enorme, las empresas presionarían y sobornarían a los políticos responsables, el movimiento podría tener consecuencias electorales. Por desgracia, a día de hoy la idea de Original Uverpackt resulta imposible de aplicar a nivel general. Bastante me parecería conseguir que los envases de los productos fueran reutilizables y las tiendas los recogiesen para darles una segunda vida. La idea del supermercado sin envases es bonita, pero por ahora queda reservada a los más preocupados por el planeta.
¿Qué opinas de este tema? ¿Tú comprarías en un supermercado sin envases, o crees que sería llevar demasiado lejos la responsabilidad ambiental?
