El planeta Tierra necesita ayuda. Nuestro modelo de producción y nuestro nivel de vida no son sostenibles, y el calentamiento global ya es un hecho indiscutible. Sus consecuencias son imparables, y afectan tanto a los animales y al entorno natural como a los seres humanos. En la actualidad 3,2 millones de personas mueren de manera prematura a causa de la contaminación que hay en el aire que respiramos, según el estudio publicado en la revista Nature de un grupo de Investigadores del Instituto Max Planck y la Escuela de Salud Pública de Harvard.
La causa de estas muertes prematura son las partículas en suspensión, o el material particulado fino de un diámetro inferior a 2,5 micrómetros, que se encuentra en la atmósfera producto de la actividad del ser humano. Este material, que consiste en pequeñísimos fragmentos sólidos, penetra en los pulmones e impide el paso del aire, por lo que resultan altamente perjudiciales para la salud.
La contaminación doméstica
El estudio de los investigadores de Harvard afirma que principal fuente de contaminación es, sorprendentemente, la que producimos en el ámbito doméstico. No es de extrañar si atendemos a que, con la finalidad de calentar o enfriar nuestros hogares se emplean grandes cantidades de combustible durante todo el año. Además también producimos muchos residuos de los que en la mayoría de los casos no nos deshacemos correctamente, fomentando el grave problema de la contaminación de nuestro entorno.
Basándose en datos demográficos, en estadísticas nacionales sobre el estado de la salud de diferentes poblaciones y en registros químicos de la atmósfera en varias regiones el estudio concluye que la polución doméstica afecta casi al 70% de los países asiáticos, y es la causante del 32% de las muertes prematuras en China. Mientras tanto Estados Unidos y Europa ocupan los últimos puestos en el ranking de afectados por este tipo de contaminación.
La agricultura también contamina
Las actividades que se realizan en el sector de la agricultura constituyen la segunda fuente del material particulado fino presente en la atmósfera, según el estudio de los investigadores de la Universidad de Harvard. Esto se debe a la cantidad ingente de químicos que se emplean para rentabilizar y favorecer los cultivos. Estos químicos, como los fertilizantes, aunque también productos para combatir las plagas o las enfermedades del árbol, transforman el amoniaco en partículas de nitrato y sulfato de amonio que termina por afectar a la atmósfera. Las regiones más afectadas por esta polución son Rusia, Turquía, Corea y Japón, aunque también las zonas del este de Europa.
El tráfico y los vehículos no tanto
Lejos de lo que la mayoría tiende a pensar, la contaminación doméstica y la derivada de la agricultura afecta más al entorno natural que el tráfico. No obstante el grado de polución varía mucho dependiendo del país que se estudie. De ese modo las regiones más afectadas son Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, donde la contaminación del tráfico es la responsable, según el estudio, del 20% de las muertes prematuras.
Sea de la procedencia de sea, todo tipo de contaminación es dañina para el medio ambiente y para el ser humano. A pesar de haber encontrado alternativas factibles para sustentar nuestro modo de vida, como las energías renovables, todavía estamos muy lejos de sanar el planeta Tierra.
