Hay países que tienen más facilidad que otros para crear empresas gracias a una serie de normativas que pueden acelerar el proceso y hacer que la burocracia necesaria sea mínima. En Europa es muy complicado crear una empresa y es de los lugares en los que más tiempo se necesita para pasar a la acción y emprender, pero existen otros países, como por ejemplo Cuba en los que no se necesita tanto papeleo y ha demostrado ser el panorama ideal para acoger empresas como airbnb.
No obstante, hay algunas limitaciones tecnológicas que hacen que crear una empresa en el país se convierta en un trabajo algo más complicado. No se puede acceder a Internet desde casa porque está prohibido, pero si que se puede utilizar el Wi-Fi en algunos hotspots y en las recepciones de algunos hoteles. Para poder conectarse, se necesita comprar una tarjeta para navegar por Internet y que tiene un precio de 5 dólares por hora. Se trata de algo bastante caro y que obliga a la mayoría de personas a trabajar offline.
La penetración de Internet en el país es de un 5%, así que Cuba es uno de los países menos conectados de Internet, y que supone todo un reto para aquellos emprendedores que quieren trabajar con tecnología, pero todo esto presenta una oportunidad que se debe tener en cuenta. Hay una clase creativa que cada vez tiene más éxito y que aprovechan las oportunidades de trabajar offline a su favor. En TechCrunch podemos ver el reportaje sobre Cuba y las startups.
Cómo se adaptan los locales a la tecnología
En Cuba el índice de analfabetismo es inexistente, ya que todas las personas están muy bien educadas y las universidades gradúan a millares de estudiantes cada año. No obstante, no hay acceso a capital, empresas y marketing, y el acceso a Internet ya hemos visto que es muy bajo. Con esto es muy complicado construir una industria tecnológica, y además es imposible comprar por Internet ya que la gente no tiene permiso para tener tarjetas de crédito.
Estos factores provocan que el mercado del país sea muy poco atractivo para los inversores. El mandato de Castro no tiene en sus planes abrir las puertas a los gigantes tecnológicos extranjeros, aunque después de años de estar aislados, se han abierto nuevas relaciones que han dado un gran paso adelante. Hay 2 Cubas completamente diferentes: la visión que se les da a los turistas y la Cuba real que ven los ciudadanos locales. En los hoteles hay muchas libertades, pero los cubanos solo pueden ver los canales de televisión que ofrece el estado y todos los otros medios están prohibidos.
Pero todo este tiempo de aislamiento, ha creado un ecosistema perfecto para que se empiecen a crear empresas, pero de una manera especial y diferente a lo que estamos acostumbrados. Existe una especie suscripción offline llamada “El Paquete Semanal” que ofrece contenido ilegal y se distribuye mediante los discos duros de los usuarios. Se pueden encontrar películas, series, libros y música y la gente se suscribe a él y cada semana recibe un paquete de un mensajero. Cuando se recibe el paquete, que cuesta unos 2 dólares, los mensajeros vuelven para recoger el disco duro de vuelta unas 24 horas después.
Este negocio es completamente ilegal y hay muchas empresas que se aprovechan de vacíos legales para operar sin licencia, pero el gobierno no pone ningún impedimento en ellas. Operar por debajo del control del estado ha producido resultados inesperados, en vez de inhibir la creatividad, la ha disparado hasta niveles muy elevados. No hay límites a lo que los jóvenes emprendedores de la isla pueden hacer para mejorar el bienestar de la sociedad.
Lo que puede ocurrir en el futuro
Para los emprendedores del país, hay una batalla constante para poder conectar a las personas, hacer crecer el tejido empresarial y hacer transacciones online. Primero se debe incrementar la penetración de Internet en el país y conseguir que el gobierno cubano logre aceptar el dinero de los inversores estadounidenses. Esto puede llevar mucho tiempo, pero el turismo puede hacer que ocurra un poco más rápido.
No obstante, se ha dado un paso adelante desde la situación anterior, porque ahora las compañías americanas pueden vender productos de agricultura y materiales de construcción orientados a expandir las inversiones en construcciones. Las empresas de Estados Unidos ahora pueden contratar a cubanos para crear aplicaciones y software para el mercado cubano.
Existen comunidades de emprendedores y de startups que están orientadas a cambiar la cultura de Cuba, y hay muchos que piensan que el futuro se encuentra en el país, no en los Estados Unidos. Tienen sentimientos locales y de amor a su país, por lo que muchos quieren hacerlo crecer y, de esta manera, formar parte de algo importante.
¿Qué opinas de los problemas que tiene Cuba para generar startups? ¿Se acabarán pronto o va a seguir siendo igual de restrictiva durante muchos años?