Es sabido que el café es uno de los elementos mañaneros más comunes a la hora de ponernos en marcha para enfocar el resto de la mañana con energía, dado que la cafeína que contiene nos ayuda a activarnos y nos suministra fuerzas. Si bien esto es cierto, puede convertirse en un arma de doble filo, dado que puede generar, si bien quizás no una adicción como tal, sí cierta dependencia a nuestro cuerpo a dichas sustancias.
En lo personal, si se me permite, diré que no tomo café porque no me gusta, pero sí conozco el caso de personas cercanas a mí que cuando no se toman su respectivo café a las 7 de la mañana encuentran el resto del día pesado y con dolores de cabeza, por no hablar que la concentración es muy poca o casi nula.
Es por eso que hoy os traigo siete hábitos que pueden espabilaros por las mañanas sin necesidad de tomar un café todos los días, que han sido publicados en un vídeo por los de ASAP Science y del que nos hemos hecho eco gracias a Omicrono, veamos cuáles son los siete tips:
1. Empieza por abrir la ventana al levantarte
Esto lo hago todos los días. Después de tantas horas metidos en la habitación, si hemos tenido la ventana cerrada, el aire se vicia, quedando cargado y en ocasiones con un no muy buen olor… La mejor opción es optar por abrir nuestra ventana al irnos a arreglarnos, así cuando volvamos tendremos un aire puro y fresco en nuestro cuarto que nos ayudará a abrir los ojos.
Fuera de las impresiones que nos pueda dar sin mucho fundamento, esto está justificado científicamente, y es que la melatonina, que es la hormona que controla el sueño, es segregada en más cantidad cuando la luz es baja –cuando el cuerpo entiende que es de noche–, por lo que levantar la persiana y abrir las ventanas nos dará luz, que nos viene bien para no seguir en ese estado de letargo.
2. ¿Ducha de agua fría? Por favor
Esta ya es más espinosa… pero desde luego muy efectiva. A cualquiera le activa una ducha de agua fría, aunque sea por todos los músculos que hay que usar cuando damos ese respingo al caernos encima el caño de agua que, a nuestro parecer en ese momento, es la más helada que hemos probado jamás.
También esto tiene explicaciones científicas, y es que está comprobado que el agua fría activa regiones del cerebro relacionadas con la vigilia, y la diferencia de temperatura por su parte eleva la tasa metabólica, disminuyendo así nuestra fatiga.
3. El agua nos hace mucha falta
Un gran porcentaje de nosotros es agua, por lo que es lógico que ese nivel se mantenga por nuestro propio bien. Tenemos que tener en cuenta que de noche, entre las idas al baño y la sudoración, perdemos alta cantidad de agua, por no hablar de que la respiración también la consume.
Es por eso que como estamos ocho horas –los más afortunados– sin beber agua de manera continua, es buena idea reponerla en gran cantidad al levantarnos, para así estar bien activos durante la jornada que se avecina.
4. El desayuno saludable es mejor
Esta es, junto con la ducha fría, la peor de todas. A todo el mundo le gusta desayunar lo que se le antoje para quitarse el hambre de la forma más placentera posible, ¿no? Pues, por desgracia, la mejor idea no es esa si no tomar un desayuno bien saludable.
Es más, ha quedado demostrado que el consumo de azúcares disminuye el estado de alerta, siendo los alimentos ricos en fibra e hidratos de carbono los que lo aumentan. Por otro lado, las grasas y azúcares hacen que comamos más de ellos durante el resto del día, y al final es la bola de nieve que va rodando y se hace cada vez más grande.
5. Con naranja, por ejemplo
Creo que no tengo que hablar demasiado del zumo de naranja natural. Todos sabemos los beneficios que tiene, así como que si no nos lo tomamos rápido se le van las vitaminas –demostrado por el Instituto de Madres del Mundo–.
Bromas aparte, la naranja es una de las frutas más completas en lo que se refiere a los beneficios que nos aporta, y desde luego no es ninguna mala idea tomarlo cada mañana acompañando a ese desayuno saludable que hemos quedado que tomaremos en el punto anterior.
Tanto esta como los cítricos en general contienen flavonoides, que disminuyen el deterioro cognitivo, es decir que reducen el envejecimiento y deterioro del cerebro.
6. Empezar el día haciendo ejercicio
La actividad física es buena, en general. Uno de los motivos es el aumento del flujo de la sangre a través de nuestro cuerpo. Esto provoca que llegue oxígeno a nuestro cerebro, lo cual es vital –literalmente–. Que el oxígeno llegue al cerebro activa el hipocampo, encargada de memoria y aprendizaje.
Aparte de todo esto, haciendo ejercicio se segregan neurotransmisores que se relacionan con la sensación de bienestar, por lo que cuando escuches a ese amigo que te dice que enfrenta mejor el día porque hace ejercicio por las mañanas, no creas que es solo lo típico que se dice.
7. Ah… la música
Creo que este consejo es apropiado para cualquier momento del día. Desde mi punto de vista, la música es una de las claves de la vida, en general. La considero absolutamente necesaria para mi rutina. Ahora mismo estoy escuchando “Paradise” de Coldplay mientras escribo estas líneas, y así llevo una hora –escuchando otras canciones, claro–.
Este consejo sí que puedo recomendarlo desde la experiencia total porque siempre lo hago, y siempre lo haré. La música excita, emociona, provoca la dilatación de los vasos sanguíneos, activa zonas cerebrales relacionadas con el movimiento y la emoción, favorece la secreción de dopamina, que aporta bienestar y felicidad… ¿Sigo? Si podéis, escuchad música al levantaros.
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Aquí os dejo el vídeo que se han encargado de hacer en ASAP Science, en los que se resumen básicamente los siete consejos que he escrito por encima de estas líneas. El café es un gran aliado para el despeje cerebral matutino, pero desde luego no es más natural que cualquiera de lo experimentado con cualquiera de estos siete buenos hábitos.