¿Qué es una serendipia? Conoce los descubrimientos más curiosos

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Existen una serie de descubrimientos científicos –y no tan científicos– que han ocurrido a lo largo de la historia de una manera especial. Son lo que llamamos, “serendipias”.

Concretamente, una serendipia, es un hallazgo o descubrimiento que se produce por casualidad, cuando se buscaba otra cosa totalmente distinta. Contamos con numerosos casos y hoy os traemos los más conocidos.

Post-it-

Post-it

En este caso, el químico Spencer Silver se encontraba tratando adhesivos de acrilato. Por un error, creó una clase de pegamento que se adhería con muy poca fuerza. En un principio no supo que hacer con él.

Un compañero, Art Fry, tuvo una buena idea. Comenzó a usar el nuevo adhesivo para crear separadores de páginas que no se soltasen tan fácilmente. Poco a poco se fue extendiendo su uso hasta acabar siendo lo que hoy todos conocemos como Post-it.

Antibióticos

Probablemente sea la serendipia más conocida. Según se cuenta, el científico escocés Alexander Fleming era un hombre bastante descuidado. Un día cualquiera, mientras se encontraba trabajando con microorganismos, se percató de que una muestra de sus bacterias se había contaminado.

En la placa donde tenía aquel cultivo había crecido una especie de hongo alrededor del cual no encontraba bacterias. Parecía que esa sustancia bloqueaba la proliferación de las bacterias. Esto no resultó ser más que la penicilina, el antibiótico más usado del mundo.

Patatas chips

Un chef llamado George Crum preparó uno de los mejores complementos para cualquier comida en 1853 cuando –para fastidiar a un cliente gruñón que se quejaba de que sus patatas fritas eran muy gruesas– las partió con una forma muy fina y las frió hasta que quedaron crujientes.

Las patatas de bolsa son consumidas hoy en todo el mundo, vendidas por grandes empresas y con programas de marketing de primera categoría. Como todo lo anterior, surgieron por casualidad.

Patatas-Fritas-Bolsa

Grafeno, material de moda

El grafeno es un material de actualidad, que puede tener usos que ni imaginas. Lo que pocos saben es que se descubrió por una mera casualidad.

En 2004, un estudiante de la Universidad de Manchester se encontraba realizando un proyecto de investigación junto a su profesor, Andre Geim. Decidieron estudiar el grafito, pero para ello se necesita obtener una lamina muy fina y limpia de este material.

Las capas se separaban con un trozo de cinta adhesiva. Entonces, tuvieron la genial idea de fijarse en esas finas capas que se iban desechando. Entre ellas encontraron monocapas cristalinas de grafito, lo que después llamarían grafeno.

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