La prestigiosa revista Science se encarga de publicar avances y descubrimientos relevantes y revolucionarios del mundo de la ciencia. Investigadores de todo el mundo sueñan con ver sus trabajos publicados en tan relevante revista.
Siguiendo con el “boom” tecnológico de los robots, un grupo de científicos de la Universidad de Harvard ha presentado en el último número de la revista un revolucionario robot, que ha sido fabricado con los materiales más insospechados.
Una raya de luz
Este pequeño robot tiene la forma de una raya, pez cartilaginoso que posee un venenoso aguijón. En este caso no tenemos aguijón, lo que si tenemos son unos materiales de construcción revolucionarios.
Formado por un esqueleto de oro, células procedentes del corazón de un ratón y por un polímero. Las células, modificadas genéticamente le permiten desplazarse gracias a impulsos de luz. Para obtener el aspecto de raya, posee una forma plana con dos aletas que se asemejan a unas alas.
Creado por bioingenieros coreanos y estadounidenses se desplaza elegantemente, como si de una raya real se tratase. ¿Cómo es posible su movimiento por impulsos de luz?
Cuando planificaron la forma a partir de la cual el robot obtendría energía, se centraron en una revolucionaria y emergente disciplina, llamada optogenética. Esta fusiona brillantemente la ingeniería genética con el uso de la luz para poder así controlar diversas funciones celulares.
Como en este caso contamos con células cardiacas, denominadas cardiomiocitos, puede provocarse su contracción y extensión. Estas funciones son controladas gracias al uso de impulsos de luz, concretamente de señales ópticas. Cuando los cardiomiocitos son estimulados, las aletas se mueven.
El pequeño aparato mide unos 16 milímetros de largo y presenta un peso de apenas 10 gramos. Su esqueleto de oro posee una carga neutra, para no afectar a las técnicas optogenéticas. Respecto a su cuerpo en forma de raya, está compuesto por una fina capa de polímero elástico.
Lo que se pretendía básicamente con esta creación, era aprender un poco más sobre las células cardiacas y su movimiento y estimulación. De esta manera se podrían aplicar conocimientos a nuevas formas de operar afecciones cardiacas en humanos.
El mismo Kit Parker, principal creador afirmaba que se pretendía “entender mejor el corazón humano y las enfermedades cardíacas haciendo ingeniería inversa de otras formas de bombeo muscular que podemos ver en la naturaleza”.
