La empresa israelí Elbit Systems ha diseñado un barco con el que soñaría uno de los más grandes ingenieros eléctricos de todos los tiempos: el Seagull. Esta nave, de unos 12 metros aproximadamente, no está tripulada y puede navegar de forma teledirigida o autónoma. Y el dato más curioso es que está armada.
Así es, a finales del siglo XIX, Nikola Tesla, famoso ingeniero eléctrico considerado el padre de la corriente alterna, reveló el Telautomaton, el primer navío armado manejado por radio. Esto representaba un gran avance en la guerra marítima, pues no significaba una pérdida grave y podía suponer altamente mortífero. Tesla quería emplear su aparato en la famosa guerra entre los Estados Unidos y España en Cuba, pero no llegó a tiempo dada la brevedad del conflicto bélico.
En el 160 aniversario del nacimiento de esta gran mente de la electricidad, Elbit Systems ha hecho realidad su deseo: un Telautomaton rebautizado como Seagull (gaviota en el idioma de Shakespeare). Este barco, como podemos leer en El País, tiene una autonomía a alto rendimiento de cuatro días, pudiendo alargarse tres más a un rendimiento menor.
Entre las funciones del navío encontramos:
Detección, clasificación, localización, identificación y neutralización de minas sumergidas, amarradas (flotantes) o a la deriva. Eso sí, teniendo siempre a los marineros fuera del área de alcance de la mina.
Detección de submarinos enemigos.
Protección de plataformas petrolíferas y de gas, desde el punto de vista del gobierno israelí, en las reservas de Tamar, entre otras.
El Seagull, según The Jewish Press, fue probado en el Mediterráneo cerca de la costa israelí. Con esta prueba se comprobó la habilidad del sistema para instalar, portar y lanzar torpedos ligeros.
Sin embargo, el Seagull no es el único barco no tripulado que surca los mares. También encontramos el Sea Hunter, desarrollado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa estadounidense (DARPA), completado en el 2014 y con un coste de 120 millones de dólares.
El Sea Hunter (El cazador del mar) mide 40 metros de eslora, puede navegar durante 18.000 km sin repostar y su velocidad máxima es de unos 50 km/h. Funciona mediante un sonar para navegar de forma autónoma, lo cual tiene algunas ventajas con respecto a la intervención humana:
Una mejor autonomía y ahorro al eliminar el peso que suponen los marineros.
Ventaja táctica, al igual que ocurría con el barco de Tesla y el Seagull, pues es realmente mortífero y su destrucción no supondría pérdidas humanas.
No hace falta decir, con el nombre que tiene, que su principal objetivo es la caza de submarinos silenciosos. Aunque no todo son ventajas, ya que al estar pilotado de forma autónoma, puede ser hackeado fácilmente.
Con estos avances en ingeniería naval incluso el propio Tesla (que no únicamente diseñó barcos) estaría orgulloso. Sin embargo, ¿dónde están los límites del ser humano a la hora de diseñar armas?