La memoria es una capacidad mucho más importante de lo que creemos. No sólo nos permite recordar hechos, caras o lugares, sino que nos otorga la posibilidad de aprender y avanzar como seres humanos. Sabemos que esta herramienta disminuye progresivamente con la edad, pero, ¿qué pasa con nuestra infancia?
La mayoría de personas apenas poseen recuerdos de sus primeros años de vida, y si tú los tienes, siento decirte que hay una alta probabilidad de que sean falsos. Hoy aquí, en Xombit, intentaremos explicar de una forma científica qué ocurre con todos esos recuerdos.
¿Dónde están?
Como sabemos, nuestro cerebro da lugar a una serie de herramientas muy complejas, y la memoria no iba a ser menos. Por lo tanto, debemos tener en cuenta la dificultad que ha supuesto para los científicos de todo el mundo averiguar qué ocurría realmente con nuestra memoria a edades tan tempranas. A continuación veremos algunas posibles explicaciones.
La primera de ellas es bastante simple, y se refiere a la inmadurez del cerebro durante los primeros años. A pesar de que el ser humano nace con el cerebro perfectamente formado, durante los años de infancia este sufre muchos cambios y crece constantemente, creando nuevas y nuevas conexiones neuronales. Debido a este proceso de perfeccionamiento, los hechos que vivimos podrían no quedar grabados adecuadamente.
Otra teoría trata el tema de lo que conocemos como olvido natural. Esto no es más que el proceso por el cual los recuerdos se van apagando poco a poco por la falta de uso. ¿Es posible que los primeros recuerdos de nuestra vida se pierdan por no ser relevantes? Algunos científicos piensan que sí, a pesar de las muchas cosas que se aprenden durante estos años, hay otras que parecen no merecer la pena…
Una de las propuestas más aceptadas es la referida al hipocampo. Esta estructura cerebral es de primordial importancia en todos los procesos relacionados con la memoria. El hipocampo hace posible que los acontecimientos se graben en nuestra memoria a largo plazo, es decir, que podamos recordarlos aunque pasen los años.
Esta parte de nuestro cerebro no está completamente desarrollada en los niños, y esta podría ser la clave real de por qué no recordamos. Los recuerdos no se pierden por el camino, sino que no llegan a guardarse completamente. Este proceso sería parecido al que causa lagunas por un exceso de alcohol, como ya vimos hace algunos meses.
¿Qué te han parecido estas curiosas teorías? No olvides dejar tu opinión en los comentarios.