El núcleo de nuestro planeta ha posibilitado, en buena parte, que haya vida. Así, esta bola metálica de hierro y níquel se encarga de alejar las partículas de radiación espacial que se acercan a la Tierra.
Como si de una dinamo se tratara, el núcleo crea un campo magnético alrededor de nosotros que nos protege y permite que exista vida. Marte, por contra, no posee este núcleo metálico y, aunque se encuentra en una zona del Sistema Solar en el que podría haber vida, es atacado constantemente por estas partículas, convirtiéndose en una tierra yerma.
Esto no fue siempre así: en los primeros millones de años de su historia, Marte también poseía un núcleo metálico que perdió a lo largo del tiempo.
Para conocer las características y composición de nuestro núcleo únicamente poseemos métodos indirectos. En la actualidad, se conoce que el 85% de su masa está formada por hierro y un 10% de níquel. Sin embargo, los científicos se preguntaban cuál era la sustancia que formaba el 5% restante.
Hasta esta semana. La BBC News publicó recientemente un artículo en el que se explicaba el descubrimiento de Eiji Ohtani de la Universidad japonesa de Tohoku. Después de recrear en un laboratorio las condiciones de temperatura y presión del núcleo terrestre, el científico japonés llegó a la conclusión de que el elemento que mejor se adecuaba era el silicio.
Es de destacar que este elemento es el más abundante en la corteza terrestre, después del oxígeno, con un 27,7%.
Ohtani, aún así, no descarta que otros elementos sean también importantes en el núcleo (hay que recordar que estos científicos trabajan con métodos indirectos). Entre los elementos que pueden destacar está el más abundante de la corteza: el oxígeno.
Fuente: El misterioso tercer elemento del núcleo de la Tierra (El País)
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