Los sapos poseen unos detectores sísmicos que les permiten anticiparse a la lluvia

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El comportamiento de un grupo de ranas de L’Aquila en Italia llamó la atención de un grupo de científicos en 2009: días antes de que ocurriese el famoso terremoto, estos anfibios abandonaron su estanque. Un procedimiento completamente extraño.

Pues bien, recientemente un grupo de científicos ha descubierto la utilidad de los detectores sísmicos que tienen las ranas y los sapos en su oído interno. Esto ha sido el resultado de un estudio realizado en las dunas de arena del Parque Natural de Doñana con dos especies distintas, sapos de espuelas (Pelobates cultripes) y sapos corredores (Bufo calamita).

Una de las hipótesis más extendidas en 2009 con respecto al éxodo masivo de los anfibios, como podemos leer en BBC Mundo, estaba relacionada con la geología y los cambios químicos producidos por una presión inusual en las rocas. Así, bajo esta presión se liberan partículas con carga eléctrica que reaccionan con el agua.

Los animales en contacto con el agua son especialmente sensibles a sus cambios químicos, pudiendo anticiparse a los terremotos.

Los sapos poseen unos detectores sísmicos que les permiten anticiparse a la lluvia

Según el estudio reciente de Doñana, se ha comprobado que estos anfibios emplean su capacidad sísmica para saber cuándo llueve fuera de sus madrigueras subterráneas, en las que se ocultan durante los meses de sequía.

Los sapos poseen un oído con tres partes principales: la primera, situada en el oído externo, es la que percibe las vibraciones del aire. La segunda y la tercera, en el oído interno, están dotadas de células sensoriales que perciben frecuencias muy bajas, como las vibraciones del sustrato o del suelo.

Hasta hace poco, como leemos en El País, se pensaba que estos anfibios eran únicamente acústicos. Y se creía que salían a la superficie durante las lluvias porque se filtraba el agua hasta su posición subterránea. Sin embargo, hay que tener en cuenta que su madriguera ya se encuentra en un sustrato saturado de agua.

Sapo Rhinella marina

Tal vez sea este el motivo por el cual las ranas de L’Aquila huyeron ante el peligro inminente del terremoto y no por los cambios químicos sufridos por el agua.

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Archivado en Animales, Terremotos
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