Hace pocos días compartíamos la noticia sobre Neuralink, el nuevo proyecto de Elon Musk que conectará máquinas y humanos; una idea a la que, a pesar de todos los avances tecnológicos, cuesta verla en un futuro cercano o costaba, ya que Musk no parece ser el único con estas ambiciones.
Recientemente, se ha dado a conocer el particular sistema que une a los trabajadores de una compañía sueca y que muy bien podría servir como precedente a la propuesta del incansable Musk, con Neuralik. Se trata de una invención desarrollada por la empresa sueca Biohax que ofrece a sus empleados implantarles un chip del tamaño de un grano de arroz que les permitirá abrir puertas, operar impresoras y comprar productos con un simple movimiento de mano. Hasta la fecha, más de 150 trabajadores ya cuentan con esta tecnología bajo la piel.
Cómo funcionan los chips de Biohax
Según el fundador de Biohax, Jowan Osterlund la inserción de chips busca acercar a los humanos al futuro dominado por el Internet de las cosas. Los microchips, dice Osterlund, se pueden programar para hablar con otros dispositivos en red, como cafeteras, altavoces o puertas con cerraduras electrónicas.
Insertos por una jeringa en la piel entre el pulgar y el dedo índice, los chips se comunican con otros dispositivos usando Near Field Communication. Es una forma inalámbrica de conectar dispositivos en estrecha proximidad entre sí, similar a la forma en que funciona Bluetooth. Los sistemas de pago sin contacto, como Apple Pay, también utilizan NFC.
Sin embargo y a pesar de la novedad, los chips de Biohax podrían representar un problema de seguridad. Si se hackean, los microchips implantados dentro del cuerpo pueden ser leídos para revelar datos almacenados en el chip como la ubicación de una persona en algún lugar, así como información sobre salud, por ejemplo.
A pesar de que Biohax ha tenido la iniciativa de implantar los microchips en humanos, no son los únicos en esta área. Y es que el biohacking se ha convertido en una especie de nicho de la comunidad en los últimos años, como muestra existen más empresas que desarrollan esta tecnología; como Dangerous Things, con sede en Seattle que vende microchips y todo el equipo necesario para insertar los dispositivos bajo la piel. También está Grindhouse Wetwear, una compañía de biohacking basada en Pittsburgh, que ha creado una estrella LED que se puede implantar bajo la piel para encenderse cuando se activa mediante un imán.
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