La memoria es uno de los instrumentos más complejos e importantes que posee el ser humano. Las estructuras de nuestro cerebro que participan en la memoria, están preparadas para recordar hechos y estímulos que nos resulten importantes, que nos ayuden a adaptarnos de una forma adecuada.
Nuestros miedos y temores tienen mucho que decir en este tema. Aquellas situaciones que han puesto en peligro nuestra vida, o que nos han provocado verdadero temor, quedan perfectamente grabadas en nuestra memoria, precisamente para evitar que estas vuelvan a producirse.
Borrados totalmente
Como he dicho, nuestra memoria se encarga de que las experiencias queden fijadas. Sin embargo, algunas de esta situaciones pueden complicarnos la vida, convirtiéndose en grandes temores, en traumas. Como estos malos recuerdos no pueden borrarse, en algunas ocasiones puede necesitarse un tratamiento psicológico.
Estudiando sobre estos temas, investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel, han llevado a cabo un gran logro. Los científicos consiguieron borrar una serie de recuerdos en un grupo de ratones, recuerdos que estaban ligados al miedo. ¿Cómo lo hicieron?
Para llevar a cabo tan complicado proceso, usaron a un virus modificado genéticamente. Como podemos leer en Muy Interesante, este les ayudó a identificar la red neuronal que conectaba dos estructuras cerebrales. La amígdala, encargada de “guardar” los recuerdos que nos han producido miedo, y la corteza cerebral.
Tras esto, y con la ayuda de pulsos de luz, los investigadores debilitaron estas conexiones, para impedir la comunicación entre estas dos zonas en lo referente a los estímulos temidos. En este caso el miedo era un sonido fuerte, al cuál no volvieron a reaccionar tras la realización de estas intervenciones.
Este trabajo es realmente importante, ya que si esta técnica avanza y se mejora, podría usarse en un futuro para tratar patologías como el trastorno por estrés postraumático en seres humanos. Quién sabe que otros problemas podremos solucionar.
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