Nuestro sistema nervioso está formado por una compleja estructura de redes neuronales que recorren la totalidad del cuerpo humano, formando desde los nervios de nuestros dedos hasta el cerebro. Teniendo en cuenta lo complicado que es todo este entramado, no es de extrañar que pueda ser fácilmente alterado desde el exterior.
Me refiero, como no, a todas aquellas sustancias que afectan a nuestro organismo, provocando cambios en él. La más consumida de estas sustancias es el alcohol y me atrevería a concretar que sin duda, la cerveza destaca sobre cualquier otra bebida alcohólica.
Reduce el dolor
Como he dicho, la cerveza es mundialmente consumida, por lo que se realizan muchos estudios en relación a sus propiedades, sean estas beneficiosas o no. El trabajo del que hablaremos hoy ha sido llevado a cabo por científicos de la Universidad de Greenwich, en el Reino Unido.
Tras una revisión de numerosos otros estudios, los investigadores han llegado a la conclusión de que un aumento del 0,08% de los niveles de alcohol en sangre son suficientes para alterar el umbral del dolor. Es decir, de actuar como si de un analgésico se tratase, aumentando la cantidad de dolor que podemos experimentar sin sufrir.
Como podemos leer en Muy Interesante, y tras comparar más de 18 experimentos distintos, los científicos creen que la medida necesaria sería la equivalente a dos pintas. Esta cantidad de alcohol reduciría el dolor en un 24%, según los estudios realizados.
Sin embargo, aún no sabemos por qué ocurre esto. Existen algunas hipótesis, como que algún componente de la cerveza actúa sobre unos receptores sensoriales concretos, pero nada ha sido confirmado. Por lo tanto, el siguiente paso en esta investigación parece ser el de averiguar las causas de este fenómeno, y aislar la sustancia que lo propicia.
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