¿Te hacen esperar mucho en los restaurantes? Los smartphones tienen la culpa

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Terraza de un restaurante

Ya os hemos hablado de restaurantes que se aprovechan de la tecnología, como el que busca el nombre de los comensales en Google para ofrecerles una atención personalizada. Pero otros no se ven tan beneficiados. Conocemos, gracias a Sabrosía, la historia de un local de éxito en Nueva York que acumulaba malas críticas por un servicio lento y por lo que tardaba en dar mesa. Encontraron unas grabaciones de seguridad del 2004 para comparar, y pudieron comprobar que el problema no era la falta de personal ni su formación, sino más bien la obsesión actual por los teléfonos inteligentes.

Hace diez años los clientes pasaban una media de un hora y cinco minutos en el local, ahora están una hora y cincuenta y cinco minutos. Algunos temas no tiene mucho que ver con los smartphones, como que más personas piden actualmente que les cambien de sitio, o que recalienten la comida (aunque si se enfría suele ser porque están entretenidos con algo). De los 45 clientes analizados, 7 de ellos pidieron ayuda a un camarero con el Wi-Fi, perdiendo su tiempo y el del empleado. Y la mayoría no para de mirar el móvil, lo que hace que se tarde una media de 21 minutos en pedir la comida, frente a los 8 minutos del 2004.

Más de la mitad de los visitantes sacan ahora fotos de su comida, dedicando a ello unos 3 minutos. De los 45 analizados, 14 tomaron una foto de su acompañante con la comida: otros 4 minutos. Más de la mitad de los clientes solicitan a un camarero que haga una foto grupal, y 14 de ellos pidieron que la saque de nuevo porque no les gustó la primera. Cinco minutos perdidos, tanto para los comensales como el empleado. Dado que los clientes no paran de mirar su móvil, tardan unos 20 minutos en pedir la cuenta desde que acaban su plato, y 15 minutos más en pagarla para irse (lo que contrasta con los 5 minutos de hace diez años).

El resultado es que el restaurante funciona peor, es más lento y ofrece una atención inferior. Y resulta menos rentable, claro. Pero los tiempos han cambiando, y poco se puede hacer para evitar esto. Lo único, recurrir a trucos para que gastemos más, o subir los precios para compensar la reducción de clientes, si es que la situación lo permite. Siendo extremos, se puede optar por aplicar un descuento a quien apague su smartphone, como hace un restaurante israelí.

¿Qué opinas de este tema? ¿Te parece una desconsideración no dejar de usar el teléfono a la hora de comer, o eres el primero adicto a él?

Imagen | Tobias Abel

Archivado en Restaurantes, Smartphones
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