Cómo la falta de competencia entre PlayStation 4 y Xbox One daña a los consumidores

Llevamos casi año y medio en la nueva generación de consolas, y la verdad es que la sensación de decepción está muy presente. Hace tiempo analizamos los 500 primeros días de PlayStation 4, y el resultado fue devastador: pocos juegos y de una calidad escasa, potencia gráfica justa y bastantes problemas con la experiencia de usuario. Hoy analizaremos la next gen desde el punto de vista del mercado. Y es que, cuando existe competencia entre las empresas de un sector, los consumidores obtienen un producto mejor a un coste más ajustado.

Pero vamos a ver que en el mundo del ocio interactivo ya no se dan las estrategias agresivas de anteriores generaciones. Las marcas quieren ganar dinero, y para eso lo mejor es no enzarzarse en guerras de precios o intentar destacar de una forma excesiva. Al final, el resultado es que los jugadores tienen que elegir entre lo que está disponible y, por desgracia, no las propuestas actuales no ofrecen el nivel esperado. Comprobemos cómo se ha llegado a esta situación y sus implicaciones mediante este análisis:

Nintendo, un rival desaparecido

En general, que el número de competidores en una industria disminuya hace que el resto se relaje. Y lo cierto es que Nintendo Wii U, a pesar de haber llegado un año antes que PlayStation 4 y Xbox One, ha representado un fracaso en toda regla. Su escasa potencia gráfica, la falta de juegos (sobre todo de editoras ajenas a Nintendo) y el fallido concepto del mando con pantalla táctil han hecho que las ventas de la consola resulten bajas.

Además, Nintendo venía de vivir el enorme éxito de la Nintendo Wii y de la Nintendo DS original. Era una compañía sobredimensionada que pronto empezó a ver números rojos en sus cuentas. Así que, a día de hoy, el objetivo de la empresa no es competir con Sony y Microsoft agresivamente, sino contener sus pérdidas con recortes y centrarse en el desarrollo de la nueva Nintendo NX y de otros sistemas para situarse en un posición en la que tenga posibilidades de llamar la atención de los consumidores.

Consolas de bajo coste desde el primer día

Lo cierto es que PlayStation 4 y Xbox One se tratan de máquinas de bajo coste. En anteriores generaciones las compañías vendían sus consolas bastante por debajo de lo que costaba fabricarlas, y obtenían beneficios con los juegos, al menos durante los primeros años de vida de las nuevas plataformas. En esta ocasión han sido más avariciosas, con hardware que incluso ha llegado a permitir ganar dinero pocos meses después de salir a la venta. Ya hemos hecho un análisis de los costes de PlayStation 3 frente a los de PlayStation 4, y la primera le salía Sony en su lanzamiento por más de 900 dólares, mientras que en el caso de la segunda no llegaba a los 400. ¿Alguien se puede extrañar de que las consolas actuales estén faltas de potencia?

En lo respectivo a Xbox One todo es muy similar, ya que el hardware resulta parecido, aunque algo más sencillo. Al principio traía el sensor de movimiento Kinect, que elevaba su precio 100 dólares/euros frente al de su rival. Luego se eliminó ese accesorio y comenzaron las rebajas, pero ya veremos que responden a lo que se podía esperar, y que en modo alguno han sido atrevidas.

La competencia no despega

Lo cierto es que las bajadas de precio desde que se lanzaron las consolas han sido muy moderadas. Sony ahora regala un juego (una novedad a escoger) por el precio de inicial de 399 euros, o vende la consola con 20 euros de rebaja, así que podemos decir que no se ha esforzado demasiado. Xbox One sí que sale ahora más barata, con packs con un juego desde los 360 euros hasta los 390 euros dependiendo de los puntero que sea el título. Pero, en mi opinión, se trata de una bajada de precio bastante reducida considerando que la máquina es menos potente que su rival directa y que está vendiendo mucho menos. Gracias a VGChartz podemos hacernos una idea de cómo se reparte el mercado:

Vemos que Nintendo Wii U no está tan atrás (aunque salió un año antes), pero podemos dar por hecho que su posición empeorará mes a mes ante la escasez de juegos interesantes. PlayStation 4 domina el sector con comodidad, y eso que hasta hace poco tenía peor catálogo que Xbox One. Pero gracias a su mayor potencia y a estar muy enfocada a los juegos (y no en el contenido multimedia) se ha ganado el primer puesto. Resulta obvio que Microsoft no tiene ninguna intención de perder dinero con el hardware para arrebatar su posición a Sony. En mi opinión, ya se ha resignado al segundo lugar, de lo contrario habría aplicado rebajas considerables a su consola.

Así que está claro que a nadie le interesa una guerra comercial. Sony, sufre graves pérdidas a nivel global, y el negocio de PlayStation es uno de los pocos que le sigue resultando rentable, así que va a intentar aprovecharse de él lo máximo posible. Además, como líder del sector, tampoco necesita bajar los precios, sólo lo hará cuando los costes de producción se reduzcan y quiera atraer a consumidores con menor poder adquisitivo. Los inversores de Microsoft han pedido en más de una ocasión que deje de lado la división Xbox y se centre en otras más rentables, así que parece probable que los creadores de Windows quieran ganar dinero y no meterse en guerras absurdas por aumentar su cuota de mercado. Respecto a Nintendo, tiene claro que la Nintendo Wii U no logrará destacar a estas alturas, así que no va a malgastar sus ahorros con un producto que no va a ningún lado.

El PC, la única alternativa

Al final, la opción competitiva es adquirir un PC. Vamos a gastar más en hardware, pero disfrutaremos de una potencia gráfica proporcionalmente bastante superior. Un ordenador se puede quedar obsoleto antes, pero también tenemos la opción de actualizarlo por piezas. Y los juegos salen muchísimo más baratos: gracias a las rebajas de tiendas digitales como Steam u Origin conseguiremos títulos más o menos recientes a precios muy inferiores que en las consolas.

Cada vez más usuarios se mueven al PC: las consolas no son competitivas en precios, ofrecen poca potencia y, hasta ahora, han contado con muy pocos juegos exclusivos. Ahora mismo Microsoft, Sony y Nintendo no tienen ninguna intención de enzarzarse en una guerra de precios, sino que quieren ganar la mayor cantidad posible de dinero sin preocuparse en exceso por la cuota de mercado, algo que es importante, pero que no garantiza beneficios. Así que los usuarios tenemos que sufrir una industria poco competitiva, lo que siempre es malo para nuestro bolsillo.

¿Qué opinas de este tema? ¿Estás de acuerdo conmigo en que los fabricantes de consolas no se están esforzando al máximo, o crees que sí que luchan con fiereza por la primera posición en el sector?