A día de hoy el modo online tiene una enorme importancia, y dependiendo del jugador y el género, es el verdadero atractivo de algunos títulos. Las editoras, en su lucha contra la venta de juegos usados (un problema, ya que no les reportan ningún beneficio), han decidido que aquellos que no compren su producto “a estrenar” deben abonar un cargo extra si quieren disfrutar del multijugador vía Internet.
La última en sumarse a esta iniciativa ha sido Ubisoft, que implantará su “Uplay Passport” en Driver: San Francisco. Parece que penalizar a los usuarios de segunda mano con esta tasa de 10 euros se transformará en una tendencia en la industria, porque casi todas las grandes compañías ya han llevado a cabo esta práctica o mostrado interés por ella. Queda saber como será la respuesta de sus clientes a un tema tan complicado, sobre todo considerando la delicada situación económica que vivimos. Respecto a lo que no cabe ninguna duda es al daño que van a sufrir las cadenas de tiendas especializadas en la compra-venta. Aunque es probable que comercialicen cupones para acceder al modo online, esto en modo alguno va a compensar la pérdida de ingresos.
El futuro del mundo de los videojuegos dependerá del resultado que esta estrategia dé en los próximos meses. Es difícil hacer apuestas en uno u otro sentido, pero lo cierto es que hay muchas presiones para que esta novedad se haga costumbre, a pesar del indudable perjuicio que causa a los consumidores. Personalmente me parece que las editoras van a restar valor a su producto, que verá bajar su cotización en el mercado de segunda mano, y eso siempre entraña peligros. Quizá más de un usuario estos títulos caiga en las garras de la piratería, lo que sería aun peor para el negocio.
¿Qué opinas tú? ¿Consideras que los “pases online” son una remuneración justa para que los creadores saquen algún beneficio del intercambio de juegos, o piensas que estamos ante la enésima estratagema de la industria para exprimir a los aficionados?
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Bueno, nunca me gustó la palabra piratería, porque además la piratería histórica, la de verdad, estaba patrocinada por los estados (que emitían patentes de corso), lo cual hace el término totalmente falso y desajustado en todos los planos. A no ser que demos por buena la hipótesis de que en realidad la industria es quien más fomenta este tipo de prácticas para luego llorar a papá estado xD.
Este tipo de economía cae dentro de la producción cultural, que tradicionalmente en las sociedades suele administrarse (al menos en la nuestra) bajo el modelo Panem & Circenses, o, de otro modo, industria demasiado importante para dejarla en manos indebidas (o que quiebre) y, por el otro, política demasiado vital para que se reduzca a un ghetto de privilegiados. Tiene mal arreglo, sin duda, en Hispanistán hallaron la solución con el canon, pero ahora el cotarro se les ha descompuesto.
Y no sé, más economia de escala con esto creo que tampoco es posible. Este tipo de industria suele más bien estar vinculada a la tecnológica (cosa que también ha ido sucediendo con la cinematográfica y otras), cuando lo lógico sería que tuviese lazos más estrechos con la del espectáculo (grupos de comunicación, etc.). Supongo que forma parte del pulso entre telecos-tecnos y mass-media, que tampoco se tiene la más puta idea de cómo acabará.
Que es precisamente lo bonito que tiene el futuro xD.
[…] realizan prácticas como cobrar un extra a los usuarios que no adquieran el título nuevo si desean jugar online, o incluso limitar partes de la aventura a los compradores de segunda mano. Por no hablar de la […]
[…] se han ido tomando para acabar con este fenómeno: hacer pagar a los compradores de segunda mano por jugar online, negarles el acceso a parte de la aventura o incluso impedir que en el cartucho se puedan borrar […]
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