La guerra contra los videojuegos de segunda mano

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La industria del entretenimiento electrónico ha dejado de tener en la piratería a su principal enemigo y ha puesto en su lugar a los videojuegos de segunda mano. Y para luchar contra este fenómeno está dispuesta a utilizar tácticas bastante polémicas.

Es un hecho que la venta de juegos usados implica un conflicto: los aficionados la consideran positiva, pero las editoras se sienten perjudicadas. Obviamente este malestar no se iba a alargar mucho en el tiempo, y era de prever que comenzaran a aplicarse medidas de toda clase para resolver lo que es un problema bastante complejo. Y ante un caso tan difícil, las actuaciones que la industria debe realizar no pueden ser inofensivas si quiere lograr su discutible objetivo. Las que hemos visto por ahora resultan bastante polémicas:

Estantería con juegos

Los pases online

La primera decisión que se tomó fue reservar las funciones online a los compradores de copias nuevas, obligando al resto a abonar unos diez euros extra si querían disfrutar de ellas. Considerando la importancia actual del juego en red, es una decisión dura, puesto que hay muchos títulos importantes en los que la campaña individual apenas representa una parte muy pequeña de la diversión que pueden ofrecer. Cada vez más empresas recurren a esta estrategia, y parece probable que en poco tiempo se extienda completamente, a no ser que los consumidores reaccionen de forma enérgica.

Las partidas guardadas que no se pueden borrar

La última arma en esta particular guerra ha sido grabar nuestros avances de forma permanente en el cartucho (ya que por ahora sólo se ha aplicado a juegos de Nintendo 3DS), lo que hace que su intercambio se vea imposibilitado. Es un verdadero engorro para el usuario no poder devolver el producto comprado a su estado original, y si bien los intentos de que los jugones aceptemos esta característica han recibido una fuerte contestación por parte de aficionados y medios, sería demasido inocente pensar que no se va a poner de nuevo esta práctica en acción.

Resident Evil the Mercenaries 3D Portada

Los contenidos descargables

Otra alternativa más razonable que la industria está aplicando es ofrecer al comprador del juego nuevo algún extra, normalmente contenidos descargables adicionales, que quienes adquieran su copia de segunda mano deberán abonar si quieren disfrutar. Tampoco estamos ante una medida que los consumidores puedan ver con buenos ojos, pero no es tan lesiva para sus intereses como las otras dos. Por supuesto, siempre hay lugar para la picaresca, como incluir en el DLC lo que es en realidad el final de la historia, o añadidos importantes que resten valor al producto si no contamos con ellos.

En definitiva, las estrategias que se están siguiendo en la lucha contra la venta de copias usadas rayan en lo intolerable. Es posible que más de un comprador acabe desencantado con el sector por su culpa, e incluso llegue a optar por la piratería. Otro tema distinto es si realmente las editoras tienen derecho a participar del negocio de la reventa, pero de lo que no cabe duda es de que la forma en lo intentan parece discutible. ¿Qué opinas tú de este tema? ¿Consideras que los creadores han de sacar beneficio de los juegos usados? ¿Y crees que las medidas que están tomando para conseguirlo son aceptables?

Imagen | wlodi

Archivado en Segunda mano, Videojuegos
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