Personalmente, soy un fan de las redes sociales, lo habréis comprobado en más de uno de mis anteriores artículos, donde hago referencia a ellas de alguna u otra manera. Instagram no iba a ser menos, ya os hablé de las mejores herramientas web para gestionar esta aplicación desde vuestro ordenador. Pero hoy os vengo a hablar de cómo National Geographic ha logrado documentar toda una expedición al Everest con la ayuda de varios iPhone 4S y la red social fotográfica más famosa.
Durante las semanas que duró la expedición, varios miembros de la misma fueron blogueando, casi en vivo, todas sus aventuras a través de la cuenta @NatGeo en Instagram, creada el pasado 23 de marzo y seguida actualmente por más de 60.000 igers (así se conoce comúnmente a los usuarios de esta red social).
¿Sois aventureros y os encanta la fotografía?, ¿queréis saber cómo lograron utilizar los iPhones e Instagram a más unos 8.000 metros de altitud? Andy Bardom (@andy_bardom), Sam Elias (@bookofsamuel) y Emily Harrington (@emiliyaharrington), tres de los usuarios más activos de la expedición lo cuentan.
Andy Bartom desvela que mantenían “las baterías cargadas gracias a paneles solares que teníamos en los Campos Base”. Emily Harringtom además comenta que llevaban consigo un mini-cargador que conectaban en el Campo 2 para cargar los teléfonos antes de que se vaciaran por completo.
Para evitar que los smartphones acusaran las bajas temperaturas Andy cuenta que “el truco es mantener el calor”, así que “guardo mi teléfono en un bolsillo interno de mis pantalones”. Por su parte, Emily explica que dormía con su iPhone “para mantener el calor durante la noche y lo pongo en el bolsillo a la altura del pecho durante el día para mantenerlo cerca de mi cuerpo”.
Sam Elias y Andy reconocen que a parte de Instagram utilizaban otras aplicaciones para conseguir mejores efectos antes de subirlas a la red social. Bardom comenta que debido a la limitación por el tamaño del cuadro de disparo utilizaba Camera+, Diptic, AutoStitch, Tilt Shift Focus, Squaready y Slow Shotter. Sam, aunque utilizaba algunas de las anteriormente nombradas dice que la mejor lección fotográfica que había aprendido en el viaje era la experimentación.
Lo más difícil para ellos era evitar la congelación, pues manipular un teléfono en el Everest, no es nada sencillo. Emily Harrington utilizaba el botón de volúmen para realizar las capturas, “así no es necesario utilizar la pantalla táctil, y por lo tanto puedo usar guantes”. Mientras, Andy reconocía que era realmente un problema. “Una vez que tus manos se enfrían lo suficiente, ni siquiera el teléfono reconoce el tacto”. Por ello, utilizaba unos guantes especiales que le permitían manipular el iPhone a baja temperatura. “Cuando hace mucho frío y estás obligado a usar guantes tan gordos…Yo uso la nariz para tomar la foto, gracias a la pantalla táctil”.
Si os habéis quedado con curiosidad de saber más sobre la expedición os animo a visitar la página de National Geographic dedicada a esta peculiar expedición a la cima del mundo. Encontraréis fotos maravillosas y los relatos con las aventuras contadas por sus propios protagonistas.
Vaya, si se les llega a caer el iPhone de las manos sí que iba a ser difícil de recuperar…
Tenían de sobra… todos tenían uno así que tampoco perdían mucho 🙂