La vida de Ray Bradbury es la historia de un hombre de origen humilde cuyo esfuerzo y tesón le llevaron a ser uno de los grandes escritores de la literatura fantástica de todos los tiempos, equiparándose su figura a la de grandes maestros como Julio Verne (del que se declaró ferviente admirador en numerosas ocasiones) o Isaac Asimov.
Los problemas económicos de su familia (que le privaron de realizar estudios universitarios) conformaron en gran medida su forma de pensar y actuar, llevándolo a defender en incontables ocasiones el valor de lo público (especialmente en lo que a cultura y educación se refiere) convirtiéndolo uno de los principales defensores de la cultura colaborativa y el conocimiento compartido.
Catalogado en múltiples ocasiones como escritor de ciencia ficción lo cierto es que él se definía a sí mismo como un escritor de “historias de fantasía” dado que consideraba que su única obra de ciencia ficción era Fahrenheit 451. Decía de sus historias que no trataba de hacer predicciones acerca del futuro a través de ellas, sino de avisar de los riesgos y retos que el porvenir plantea a la humanidad.
Hombre cercano y de carácter afable nunca rehuyó el contacto con sus lectores y admiradores llegando a mantener relación por correspondencia con muchos de ellos.
Gran defensor de las experiencias vitales y la experimentación no se privó de aconsejar a escritores noveles (basándose en sus propias vivencias) a través de conferencias y charlas. Su lista de buenas prácticas a la hora de comenzar a escribir podría resumirse de la siguiente manera:
– Empezar con relatos cortos, no tratar de abordar una novela la primera vez que uno se pone ante un folio en blanco. – Estudiar a fondo a los grandes autores de relatos como Roald Dahl o Guy de Maupassant. – Ser consciente de que, de una u otro manera, uno siempre trata de imitar a sus ídolos. No rehuir esa condición de “imitador”. – Alternar las lecturas entre poemas, cuentos, ensayos y cuantos campos se puedan abarcar. – Vivir en la biblioteca, pasar en ella todo el tiempo que sea posible. – Disfrutar del cine, aprender a amarlo, especialmente el cine antiguo. – Escribir sólo aquello que a uno le divierta escribir. – Finalmente, a pesar de todo el esfuerzo y tiempo invertidos, no planear nunca ganar dinero escribiendo.
Estos consejos entroncan en gran medida con una persona humilde y con los pies en la tierra y constituyen un gran ejemplo de su manera de vivir y pensar.
El genio se ha ido para siempre pero su obra y su sabiduría siguen ahí. ¿Te atreves a descubrirlo?
Me gustan las novelas fantasticas y hace un año que no encuentro una buena, mi mama (escritora) me recomendo a bradbury, hay alguna historia que me puedan recomendar?