El Comité Noruego del Nobel ha anunciado el día de hoy al ganador del Premio Nobel de la Paz. Se trata, nada más y nada menos, que de la Unión Europea. ¿Los motivos? “Por más de seis décadas contribuyendo al avances de la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa”. En un momento en que países como Grecia y España viven días de tensión constante, fracturas internas y que algunos derechos humanos se tambalean en la cuerda floja, parece que desde Noruega quieren recordar esas “décadas doradas” de la idea de unir a Europa.
Vamos por partes. De acuerdo al testamento de Alfred Nobel el Premio Nobel de la Paz debe ser entregado “a la persona que haya realizado el mayor o el mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos y por la participación y promoción de congresos por la paz”. De aquí que algunos de los ganadores como Barack Obama en 2009 y Al Gore en 2007 hayan resultado no poco polémicos. Pero ahora debemos agregar a la lista a la Unión Europea. Lo primero que debería aclarase es qué se entiende por tal unión. ¿Se premia la linda idea de un conjunto de países conviviendo como el león con el cordero? O, por el contrario, se tiene en el horizonte a una organización que ha sufrido por mantenerse aunque ello signifique sacrificar un poco de fraternidad así como mantener y fortalecer a los ejércitos.
El Comité Noruego del Nobel, por su parte, considera que la UE representa la “fraternidad entre las naciones” y se equipara a los “congresos por la paz” de los que hablaba Nobel. Como en las recetas de cocina: si no tienes suficiente de un cosa pon un poco más de otra en la balanza, encuentra algo similar y equilibra lo más que se pueda. El resultado: ¡un Nobel de la Paz! Hay que decir que algunos argumentos resultan conmovedores por su ingenuidad: que después de muchos esfuerzos la guerra entre Alemania y Francia (añejos rivales en la historia de las guerras) parezca hoy imposible no significa, bajo ninguna circunstancia, que mañana no pueda cambiar esta pacífica perspectiva. Esta es una forma en la que Europa premia a Europa por soñar en ser un día una auténtica Europa.
Finalmente, unas palabras en torno a la fraternidad. Hasta hace unos meses la telefonía griega era un asunto público. La crisis, por supuesto, ha “obligado” a que pase a manos privadas. ¿Quién ha sido el que fraternalmente ha extendido la mano para quitarle a los griegos ese fardo de encima? Deutsche Telekom. Un dato: uno de los hombres más ricos del mundo, el mexicano Carlos Slim (sí, mexicano y con x), lo es en gran medida gracias a que en un momento de crisis en el país americano la telefonía se vendió al mejor postor en su momento. Hoy monopoliza el servicio telefónico en el país. ¿De qué tipo de fraternidad hablamos entonces? Felicidades a quienes bajo ese manto de la Unión Europea han hecho verdaderos y laudables esfuerzos por la paz mundial. Su anonimato puede que sea su mayor recompensa. Lo demás queda para la mesa de debate, pues el premio resulta por lo menos polémico. ¿Qué opináis vosotros del tema?
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La Unión Europea tiene buena culpa del drama que se vive en Grecia… ¿Y estos terroristas sociales se llevan el Nobel de la Paz? Qué ridículo.
Sí, la verdad es que parece una broma de mal gusto… ¬¬’