Incluir Kinect con cada Xbox One, ¿acierto o error imperdonable?

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La multinacional de Redmond parece convencida de que su sensor de movimiento y voz representa el futuro del ocio electrónico, y no quiere que sea un accesorio opcional, sino que lo incluirá con cada una de sus nuevas consolas para que nadie se lo pierda. Pero eso la ha puesto en una posición incómoda frente a los consumidores, ya que ha implicado que el precio de la Xbox One resulte 100 euros superior al de PlayStation 4, una diferencia considerable que puede tener muchas consecuencias en las unidades vendidas de cada una durante su lanzamiento.

Kinect de Xbox One

No cabe duda de que en Microsoft debe haber un convencimiento completo de que Kinect forma parte clave de su próxima consola de sobremesa, tanto en su vertiente de centro multimedia como de sistema de ocio electrónico. Y es que ya habíamos hablado de que este periférico tenía un coste muy elevado en relación al de la Xbox One. Con lo que su precio de 499 euros seguramente podría haberse igualado al de PlayStation 4 (399 euros) si Kinect fuera optativo y se vendiera una versión de la consola que no lo incluyese. Sin embargo, la empresa de Steva Ballmer no ha considerado adecuada esta opción.

Se aduce un motivo, y es que para ellos el éxito del periférico de control por movimiento resulta importante. Para que tenga lugar, hace falta que los juegos usen sus funciones, y sólo hay una posibilidad para eso: que absolutamente todos los usuarios de la consola cuenten con él, de forma que los desarrolladores no se vean con la duda de si invertir en incluir características que la mayoría de los compradores no disfruten. El problema lo veo en que hasta ahora los títulos tradicionales no han sacado un partido excesivo de Kinect, y nadie se va a gastar casi quinientos euros para emplearlos en bailar o hacer fitness como si se tratara de un Wii.

Definitivamente, la compañía de Redmond tiene que demostrar a sus futuros clientes el potencial de Kinect que ellos están convencidos que existe. No cabe duda de que el reconocimiento de voz tiene utilidad en cualquier campo tecnológico, pero el de los gestos no está tan claro. Hace tiempo que Microsoft prometió una nueva generación de títulos para su periférico más serios, que pudieran jugarse sentado y atrajeran al usuario hardcore, pero todavía no se ha revelado nada. Y en los vídeos mostrados hasta ahora tampoco parece que esta característica haya sido implementada.

Consola Xbox One de Microsoft

Ya habíamos hablado de que durante el estreno de la consola, 100 euros más de coste no resultan clave para las ventas si la consola ofrece prestaciones que realmente interesen a los usuarios. Pero, en general, Kinect es ignorado por el público, cuando no directamente odiado. Por lo tanto, ahora mismo el futuro de Xbox One depende directamente de que los desarrolladores y la propia Microsoft demuestren las capacidades de su accesorio en todos los ámbitos (juegos, interfaz, experiencia multimedia) y convenzan a los consumidores de que aporta valor añadido a la consola, en lugar de restarlo.

¿Qué opinas tú del tema? ¿Eres fan de Kinect, o nunca te ha terminado de convencer?

Archivado en Kinect, Microsoft, Videojuegos, Xbox One
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