Si aún no la has hecho, puedes leer la primera entrega de esta serie.
Siglos XVI y XVII (continuación)
Seguimos con los siglos XVI y XVII pero, esta vez, nos vamos al lejano oriente para conocer dos obras similares pero diferentes: ambas están ambientadas en el shogunato japonés (el shogunato Tokugawa más exactamente), ambas hablan de un ronin (un samurái sin señor), y ambas obras están perfectamente ambientadas, dándonos innumerables detalles de la vida de la época.
La primera, de la que ya hemos hablado en Xombit, es Usagi Yojimbo, una historia de un ronin por los caminos del Japón de la época. Ya hemos hablado de él, por lo que os remito a aquel artículo. La segunda obra (de la que también hablaremos detenidamente en un futuro artículo), es Lobo solitario y su cachorro, una terrible historia de venganza, samuráis, y katanas que nos muestra la cruda Edad Media japonesa (que llegó hasta nuestro siglo XVII, recordemos). Una obra maestra de Kazuo Koike y el artista Goseki Kojima, que nos cuenta la historia de Itto Ogami, asistente en el seppuku de nobles condenados por el shōgun. Es deshonrado por una falsa acusación y forzado a tomar el camino de la muerte junto a su hijo Daigoro de tres años. De ahí el título de El lobo solitario y su cachorro.
Siglos XVIII y XIX
Entramos en el siglo XVIII, el siglo de las luces. Vamos a ver sólo un par de ejemplos: el primero es un
personaje fantástico, pero muy bien ambientado, El Escorpión, de Desberg y Merini, una colección de aventuras de un espadachín al más puro estilo Errol Flynn, con un dibujo prodigioso. Otra obra ambientada en esta época, esta vez sobre un personaje real, es Olympe de Gouges, instigadora del feminismo en la Francia del siglo XVIII, defensora de la igualdad entre hombres y mujeres y del derecho de voto para sus congéneres. Mujer de letras e hija de la Ilustración, Olympe se codeó con algunos de los grandes nombres de la Revolución como Voltaire, Mirabeau, Marat o Rousseau.
En el siglo XIX tenemos mucho donde elegir. Podríamos comenzar por una obra española, que narra las aventuras de un delincuente: Bandolero, de Carlos Giménez, basada en el personaje histórico español, Juan Caballero, padrino a su vez de uno de los hijos del también famoso bandolero José Maria “el Tempranillo“. En esta obra podremos conocer la Andalucía del siglo XIX ya que le autor además de basarse en la autobiografía del personaje, se ha documentado ampliamente, tanto histórica como geográficamente.
Cruzamos el charco y nos vamos a los incipientes Estados Unidos. El Viejo Oeste está ampliamente plasmado en historietas, desde lo más fantástico (Dos pistolas Kid, por ejemplo) hasta lo más realista, con cuidada ambientación aunque el protagonista sea absolutamente inventado. Dentro de este grupo cabría destacar, cómo no, al Teniente Blueberry, de Charlier y Giraud (antes de “evolucionar” a Moebius). Nos cuenta las aventuras de un desertor de la Guerra de Secesión Americana, mientras “conoce” a personajes reales como Wyatt Earp, el indio Gerónimo o, incluso, al presidente Ulisses S. Grant.
Terminamos este siglo con la apasionante historia de la familia Steenfort en Los Maestros Cerveceros, de Van Hamme y Vallès. Una magnífica manera de mostrarnos los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, a través de esta familia y sus muchos problemas para mantener su fábrica de cerveza: el nacimiento de la pequeña empresa familiar, su crecimiento e internacionalización, cómo sobreviven a las dos guerras mundiales, cómo se adaptan a la Revolución Industrial… Son personajes muy bien construidos, ninguno es bueno o malo totalmente, sino que hacen lo que deben para sobrevivir (no siempre mediante acciones lícitas). Al comienzo de cada tomo, el guionista nos resume los acontecimientos históricos más importantes de la época en la que se ambienta ese tomo. El dibujo de Vallés es muy realista y detallado, siempre al servicio de la historia. Más que recomendable, imprescindible.
Y terminamos aquí este somero repaso a estos siglos en los cómics. En la próxima entrega hablaremos del siglo XX y todo lo que ha representado: Hitler, guerras, vencedores y vencidos… ¡Os esperamos en la próxima entrega!
