La multinacional creadora de Mario, Luigi y compañía se ha acostumbrado a presentar sus novedades de modo especial. Ni acude a los grandes eventos de la industria (este año, tampoco a la E3) ni convoca a los medios para enseñarles en exclusiva sus últimas noticias. Lo realiza todo a través de Internet, directamente enfocado a los usuarios finales, con Satoru Iwata como anfitrión. Y la verdad, entre el lamentable acento en inglés del directivo y su escasa expresividad, no se trata del mejor presentador. En cualquier caso, él nos enseña los tráilers de los juegos, da fechas de lanzamiento y anuncia las novedades referentes a sus plataformas de ocio electrónico.
La parte positiva del asunto se nota a primera vista, Nintendo crea un breve programa para los consumidores en el que se tratan los temas realmente importantes, sin aburrida información de interés para los miembros de la industria, pero no para el usuario más general. Además, se preserva la ilusión del jugador, ya que resulta difícil que haya filtraciones previas con un formato tan cerrado. Por otro lado, se evita saturar al aficionado con mucha información a la vez. Mientras que en ferias como la E3 llegan docenas de novedades en apenas unos días, la empresa japonesa va dosificando en el tiempo sus anuncios.
Pero eso no quiere decir que el formato no tenga aspectos negativos. Aunque la primera edición fue en febrero de 2012, anterior a la situación complicada que vive la Wii U, a día de hoy sirve para evitar que los consumidores perciban ese problema. Si la información revelada llega directamente a los aficionados, la única opinión es la de Nintendo. Si pasa por el filtro de los especialistas del ramo, no cabe duda de que habrá muchos comentarios respecto a la pobre situación de la empresa y de su consola de sobremesa, por muy objetivo que sea el medio. Por no hablar de que si se reúne a los periodistas, luego se les suele dejar probar algunos de los títulos anunciados, imposible en este caso.
En definitiva, no creo que podamos culpar a Nintendo de la estrategia de comunicación llevada a cabo. Es cierto que no resulta perfecta para que el jugón perciba críticamente los anuncios realizados, pero sí eficaz, económica y adecuada a las necesidades de la empresa. Desde luego, para los aficionados más entusiastas y para la industria resultaría mejor que siguieran existiendo los grandes eventos, pero por lo de ahora no parece que Microsoft ni Sony tenga intención de abandonarlos.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que el Nintendo Direct resulta un buen formato, o consideras que serían mejor presentaciones más tradicionales?