La medicina no deja de hacer importantes avances, pero estos no llegan normalmente a todos los que los necesitan. Ya no hablamos de países sub desarollados, que tienen sus propias necesidades, sino de la mayor potencia económica mundial. En España podemos tener la tranquilidad de disfrutar de un sistema de salud casi universal y bastante eficiente (aunque inmerso en una una transformación de la que no sabemos qué va a resultar), pero en países tan importantes como Estados Unidos la complejidad y los abusos de la industria sanitaria provocan que las más sencillas prácticas curativas tengan un coste prohibitivo.
Las soluciones salinas son bolsas con agua y sal estériles, que sirven para que los pacientes recuperen líquidos o les sean administrados medicamentos. Su coste va desde un dólar a cinco dólares, pero Nina Bernstein de The New York Times siguió varios casos, y vio como el precio cobrado por ellas iba de 91 dólares a 787 dólares, incluso cuando la administración intravenosa y la estancia en urgencias se tarificaba aparte. Por ejemplo, un hospital tuvo el atrevimiento de incluir en la factura 91 dólares por una bolsa cuyo coste original habría sido 86 centavos. En definitiva, una verdadera locura que demuestra que el sistema no funciona.
Desde luego, con estos precios no veo de extrañar que la sanidad estadounidense necesite una reforma muy profunda y urgente. Puesto que quien paga estos excesos son los pacientes, que se ven obligados a contratar seguros de salud con costes prohibitivos, o que de la noche a la mañana se encuentran con que no poseen cobertura para su enfermedad, lo que los empuja a la bancarrota, cuando no directamente a la muerte. No hay muchos aspectos en los que podamos dar lecciones al país de Barack Obama, pero sin duda representaría una buena idea que en este tema copiasen el modelo que existía en nuestro país hasta hace bien poco.
¿Qué opinas del asunto? ¿Te escandalizan como a mí estos precios, o crees que resultan normales si son los que dicta el mercado?