El CEO de Microsoft, Steve Ballmer, se retirará en los próximos doces meses, pero no ha querido abandonar la compañía sin dejar fuertemente marcado su futuro como empresa orientada a los servicios y dispositivos. Y, de paso, facilita que su sucesor se trate de Stephen Elop, CEO de Nokia y que ha sido uno de los nombres que más fuerte han sonado en los pronósticos. En cualquier caso, parece claro que entre Microsoft y Nokia había ya una relación muy fuerte, la marca finlandesa dependía de los chicos de Redmond en cuanto habían decidido utilizar como software Windows Phone.
Pues bien, la multinacional de Redmond ha cerrado la compra de la división de dispositivos y servicios de Nokia por 5.440 millones de dólares. Se traspasa, por lo tanto, la fabricación de móviles por completo, y la marca Nokia se podrá seguir usando durante 10 años ampliables. Por otro lado, 32.000 empleados de la empresa de Espoo dependen ahora de Microsoft, y Nokia ahora se centrará en redes de telecomunicaciones, servicios de localización como Nokia HERE y su división Advanced Technologies. Al parecer, el objetivo sigue siendo que distintos fabricantes se animen a lanzar dispositivos con Windows Phone y no entregarle la exclusiva a la empresa recién adquirida, aunque me parece algo complicado en el contexto actual.
No me extrañaría que, aparte de que seguir desarrollando móviles, Nokia ayudara en la fabricación de la próxima Microsoft Surface, ya que precisamente el diseño de hardware nunca ha sido el punto fuerte de la empresa americana. Desde luego, estamos hablando de una operación de enorme importancia para el futuro de Microsoft, que deberá lanzar productos del nivel de Nokia Lumia 1020 si quiere que bajo su mando la compañía crezca. Por otro lado, y aunque la marca se conserve, resultaría lógico ver en los próximos meses el esperado Surface Phone.
¿Qué opinas del tema? ¿Una buena noticia para ambas compañías, o era mejor que siguieran teniendo cierta independencia?