Las continuas actualizaciones de Android, ¿una ayuda para que las marcas vendan más?

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Google realiza numerosas actualizaciones de su sistema operativo, al menos dos al año, a veces sin ofrecer demasiados cambios reseñables. Suelen servir para apoyar el lanzamiento de un dispositivo de la familia Nexus, pero también tienen otro efecto notable en el mercado: hacen que los consumidores perciban que la versión de Android de su dispositivo se está quedando preocupantemente obsoleta y, dado que los fabricantes son reacios a modificar el software, provoca que represente otro motivo para cambiar a un terminal más actual.

Mascota de Android 4.4 KitKat

Hace poco tiempo que se presentó Android 4.3 Jelly Bean (sin apenas mejoras respecto a sus predecesores) y los rumores apuntan a que cada vez está más cerca Android 4.4 KitKat, que no sabemos si aportará demasiado la plataforma del robot verde. Ya habíamos hablado de que esta cantidad de versiones con pequeños cambios responden al objetivo de acompañar a cada dispositivo de la familia Nexus cuando sale a la venta, de manera que uno de los atractivos comerciales se trate de nuevo software, especialmente adaptado al aparato. Pero puede que la propia Google no resulte la única beneficiada por esta estrategia.

Uno de los argumentos que emplean los fabricantes del ecosistema Android para “forzarnos” a comprar hardware es la inclusión de características cada vez superiores, en una carrera por ofrecer prestaciones que no siempre se aprovechan. Pero su esperanza reside en que veamos los nuevos modelos, los comparemos con el nuestro, y empecemos a sentir que debemos renovarlo, quizá más por capricho que como resultado de un análisis de nuestras necesidades. Y uno de los aspectos que el consumidor tiene en cuenta se trata de su versión del sistema operativo. Si tengo Android 4.0 y van por Android 4.4 ¿no me estoy quedando muy atrás?

Sin duda, mantenerse actualizado tiene ventajas, en funcionalidad y seguridad. Que resultan innegables, pero cada uno debe valorar. Temporalmente he tenido que pasar de Android 4.3 a Android 2.3 (se ha roto mi terminal principal) y, aunque se nota una diferencia muy grande, un usuario medio con seguridad podría sobrevivir con esta versión. Por otro lado, la inmensa mayoría de los dispositivos del mercado sólo reciben una vez en su vida comercial nuevo software: la marca se desentiende lo antes posible de un producto por el que ya ha cobrado, y que podría restarle ventas en el futuro si lo pone al día.

Así que las numerosas actualizaciones de Android tienen el efecto (deseado o no) de apoyar las ventas de los fabricantes, aun a costa de aumentar la fragmentación de la plataforma. Desde luego, yo no he leído de ninguna empresa quejándose de que Google lanzaba demasiadas versiones de su sistema operativo, así que el tema no les debe resultar molesto. Por lo tanto, me temo que veremos en los próximos meses Android 4.5 y 4.6, y sólo los disfrutaremos en el momento de su lanzamiento si contamos con un Google Nexus. Habrá que comprobar si esta estrategia resulta sostenible, pero el dominio de la plataforma del robot verde permitirá a la marca del buscador bastante libertad en el futuro inmediato.

¿Qué opinas del tema? ¿Crees que las numerosas actualizaciones de Android tienen como objetivo secundario animar a los compradores a renovar sus terminales, o se trata de un simple efecto indeseado del avance tecnológico?

Archivado en Actualizaciones, Android, Google
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