Científicos avanzan para controlar el apetito a nivel cerebral

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¿Eres de los que empieza a comer y no sabe cuando parar? Pues si ese se trata de tu caso, o incluso para las personas que sufren enfermedades como la anorexia, se están poniendo las bases para resolver los trastornos del apetito de una forma mucho más profunda y precisa: apuntando directamente a la zona del cerebro que nos hace desear ingerir alimentos o no. Las primeras fases de los experimentos (en ratones) han demostrado que se puede provocar o aliviar el hambre mandando señales a las neuronas, aunque estamos ante una técnica aún muy poco depurada.

Fotografía de tres donuts

Está claro que con una dieta sana se puede mantener un peso saludable y que nos haga atractivos. Y si aun encima lo combinamos con un poco de ejercicio, mucho mejor, nos encontraremos más vitales y prevendremos enfermedades. Pero seguir una alimentación adecuada llega a volverse muy duro, y para algunas personas representa un reto mayor del que consiguen afrontar por sí mismas. Prueba de ello está en trastornos como la anorexia o la obesidad. Muchas son las alternativas “milagrosas” que hay en el mercado para adelgazar pero, para los casos serios, se abren nuevas posibilidades de futuro.

Ya que el equipo liderado por Garret Stuber y Joshua Jennings, de la Universidad de Carolina del Norte, ha conseguido “eliminar” y “potenciar” el apetito en un experimento. Primero, modificaron genéticamente una serie de ratones para que ciertas neuronas o se apagasen o bien se encendiesen en contacto con la luz. Neuronas que están conectadas al hipotálamo lateral, zona del cerebro que regula el apetito. El resultado se trató del esperado: se podía provocar que el ratón comiera sin parar a pesar de no tener hambre, o que no probara bocado aunque necesitaba alimentarse, apuntando con un láser a las neuronas especiales.

Las sesiones se limitaron a unos veinte minutos, por lo que aún no sabemos si esta clase de estímulos tienen efectos duraderos. Por supuesto, estamos ante un ejemplo de ciencia básica, porque sólo se ha demostrado que se puede regular el apetito, pero nos encontramos ante una línea de investigación que se encuentra en pañales. Para aplicar este descubrimiento en humanos habría que encontrar un compuesto que afectara a las neuronas requeridas sin dañar el resto de la función cerebral, lo que podría representar un verdadero reto para la medicina. De todas formas, el avance me parece importante, ya que todo lo que implique conocer mejor este órgano tan complejo me parece meritorio.

¿Qué opinas tú del tema? ¿Crees que este concepto se podrá usar en breve contra lo trastornos alimenticios, o te parece complicado?

Imagen | Janice Cullivan

Archivado en Salud
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