Gracias al antiguo empleado de la Agencia Nacional de Seguridad se ha destapado el escándalo PRISM, en el que se ha demostrado como grandes empresas de Internet han facilitado el acceso a toda la información de sus usuarios a cambio de millones, pero sin que las autoridades tuvieran que realizar ninguna acusación concreta contra las víctimas ni ofrecer garantías judiciales. Hasta tal punto llegó el descontrol, que los técnicos espiaron a sus antiguas parejas. Pues bien, para librarse de los cargos de traición por revelar todo esto, Edward Snowden tuvo que huir a China y a Rusia, donde está recibiendo asilo.
El gobierno de los Estados Unidos se encuentra preocupado respecto a lo que puede haber pasado con la información confidencial robada. Las declaraciones del interesado resultan claras:
Hay un 0% de probabilidades de que los rusos o chinos hayan recibido algún documento.
Snowden asegura que entregó los documentos a periodistas en Hong Kong, según ha indicado a The New York Times, y que pudo saltarse los controles chinos porque conocía la forma de trabajar del país. Indica, además, que no se ha quedado con ninguna copia de la información que llevó consigo en su viaje.
Poco antes, su padre, que fue a visitarlo a Rusia la semana pasada, comentó que aún quedaban secretos por revelar. Algo un poco contradictorio, aunque quizá en esta ocasión no presenten pruebas documentales, o se apoyen en los datos dejados en Hong Kong. En cualquier caso, aseguró que su hijo estaba contento y comprometido con lo que había hecho, pero no que no tiene claro que vaya a permanecer en Rusia en el futuro. Supongo que para los Estados Unidos estas declaraciones representarán un alivio, aunque tampoco creo que confíen demasiado en las palabras de Snowden.
¿Qué opinas de este tema? ¿Piensas que se puso en riesgo la seguridad nacional, o que se trataba de un riesgo aceptable para que la verdad se hiciera pública?