Hay cosas que no pueden fallar en Navidad: el turrón, las uvas, un Call of Duty y un Assassin’s Creed. Y es que determinadas franquicias de videojuegos nunca faltan a su entrega anual, a pesar de que el riesgo de sobrexplotación pueda hacerles daño. La saga de acción bélica de Activision lleva ya varios capítulos en decadencia, a pesar de que las ventas siguen resultando excelentes. Y los asesinos de Ubisoft han ofrecido entregas algo irregulares, aunque la última ha tenido un recibimiento cálido entre crítica y público. ¿Podemos dar hecho que veremos siempre un lanzamiento anual?
Pues, parece ser que no, que no se trata de un objetivo obligatorio. Los juegos de esta franquicia se desarrollan a lo largo de dos años (es decir, siempre hay dos proyectos en marcha), pero podría darse el caso de que un título no estuviese lo suficientemente pulido para su presentación navideña, y entonces se retrasaría. Así lo asegura Laurent Detoc, presidente de la filial norteamericana de la empresa:
Si creemos que hemos acabado con un juego que es un 70% de lo que debería ser un juego de Assassin’s Creed no vamos a venderlo. Eso daña la marca seriamente. No voy a darte nombres de productos ya que los conocéis tan bien como yo, pero si empiezas a vender juegos al 70% incluso con una gran marca detrás, la gente cambiará su percepción sobre esa marca. Y al final, no la querrán más y se irán a otra.
Unas declaraciones valientes, que esperemos que se lleven a la realidad llegado el caso. Aunque es cierto que Ubisoft retrasó Watch Dogs porque no alcanzaba los estándares de calidad esperados, lo cierto es que la saga Assassin’s Creed lleva mucho tiempo sin faltar a su cita anual, y me extrañaría que lo hiciera en el futuro.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que se puede sorprender lanzando un juego cada doces meses, o que los conceptos acaban “quemados”?