El Antonov An-225 es el avión de carga más largo y pesado que surca el cielo en la actualidad, puede llegar a despegar con un peso de 640 toneladas. Sus dimensiones son 84 metros de longitud y 88,4 metros de envergadura.
Esta aeronave fue diseñada en la URSS en 1988 con el propósito de transportar el transbordador espacial soviético Buran y desde entonces ha establecido varios récords mundiales: en 2009 transportó la carga aérea más pesada y más densa de la historia, un generador para una central térmica de Armenia de 16,23 metros de longitud, 4,27 metros de ancho y 189.980 kg, entre los aeropuertos de Frankfurt y Ereván. Otro famoso récord fue en 2010 cuando transportó la carga más larga de la historia, dos álabes de experimentales de 42 metros para aerogeneradores, de China hasta Dinamarca.
Desde su primer despegue, acumula ya 3740 horas de vuelo y aproximadamente ha recorrido 1.870.000 km, lo que serían 46 vueltas al planeta Tierra. Estos datos son los que le diferencian del Hughes H-4 Hércules, algunos lo recordaran porque se le hace referencia en la película El Aviador; realmente el Hughes es el avión más grande jamás construido pero sólo completó un vuelo de 1600 metros de longitud a 20 metros de altura y esto fue en 1947, por lo tanto el Antonov-225 es el más grande en la actualidad.
A diferencia del Boeing-747, la carga se rellena por el morro y por lo tanto presenta ventajas respecto a la compuerta lateral del 747, ya que se pueden introducir los objetos frontalmente. El compartimento del cargo está presurizado lo que permite llevar diferentes tipos de mercancías: caben 80 coches, 16 contenedores estándar o incluso un gigantesco camión del tipo Belaz.
El tren de aterrizaje está formado por un total de 32 ruedas, éstas se deben cambiar cada 90 aterrizajes y cada una cuesta aproximadamente unos 1000 dólares.
Pero no todo son ventajas, su gran envergadura le provoca algunos problemas en los aeropuertos, cuando por su tamaño no le encuentran sitio para aparcarlo, simplemente se queda apartado a un lado de la pista principal. La barra de remolque de los aviones comunes no se puede usar para el Antonov, por eso ésta siempre se lleva a bordo y se descarga después de cada aterrizaje. Con el avión cargado son necesarios 3500 metros para despegar y 3300 para aterrizar, en comparación a los 2400 metros que necesita si va vacío.
El punto más lejano del globo hasta donde ha viajado es la isla de Tahití, en la Polinesia Francesa, a 16.400 km de la base en Kiev.
Siempre ha habido rumores que especulaban la fabricación de un segundo Antonov-225 pero los altos costos del transporte aéreo, conlleva que sólo se utilice cuando el transporte terrestre es imposible y esto ocurre dos o tres veces al mes, a veces incluso menos. Lo que no hace muy rentable fabricar un segundo An-225.