Cada vez surgen más opciones para la iluminación, en plena decadencia de la bombilla incandescente tradicional. Es más, incluso hay quien apuesta por un modelo de duración eterna. Pero, en último término, el problema se encuentra en el consumo de electricidad, que resulta muy cara y bastante contaminante. ¿Tenemos formas de ahorrar en este tema? Existe algún truco, y hoy descubrimos una forma de optimizar los alumbrados públicos en determinados contextos, y los privados en muchos más casos. Y lo mejor de todo, se combina ecología y poesía, porque… ¿a quien no le gustaría pasear por un camino de estrellas?
El invento se llama Starpath, de la empresa Pro-Teq, y consiste en unas partículas que capturan la radiación ultravioleta de día, y de noche liberan luz. No resulta necesario el aporte de energía externo, y el material no provoca reflejos, resiste al agua y es antideslizante. Se puede combinar con cemento, madera o asfalto para lograr el acabado que requiera la zona. Por otro lado, el brillo emitido resulta tenue, por lo que no hay riesgo de que nos deslumbremos al pasear sobre una senda de este tipo. Precisamente esta característica es la que lo hace un sistema que no podrá sustituir a las clásicas farolas.
Ya que la poca cantidad de luz generada crearía una sensación de inseguridad en espacios como un parque público. Sin embargo, Starpath puede utilizarse como un aporte adicional y, en determinadas fincas privadas, podría evitar instalar un complejo y caro sistema de iluminación. Desde luego, la idea resulta muy interesante, y la sensación de andar por un camino de estrellas la considero de lo más atractiva. Veremos si la propuesta tiene éxito, y se empieza a extender la tecnología desarrollada por los británicos de Pro-Teq, que me parece de lo más inspiradora.
¿Qué opinas de la idea? ¿Perfecta para disfrutar de un paseo bajo la luz de las estrellas, o un poco insegura para tu gusto?