Todos hemos visto en Internet fuertes discusiones, y usuarios que las avivan sin motivo aparente, adoptando posturas radicales y provocativas. A veces, caer en el insulto puede tener consecuencias legales para los propietarios de la página web en la que ocurre el incidente. También se han visto casos de verdaderos perturbados que llevaron el trolleo a niveles enfermizos, y acabaron en la cárcel. Ante la generalización del fenómeno, cabe preguntarse el motivo de estos comportamientos. Un estudio del Journal of Information Science del 2010 hablaba de causas como el aburrimiento, el deseo de venganza o la necesidad de llamar la atención.
Sin embargo, hoy sabemos de una investigación de la Universidad de la Columbia Británica que nos permite conocer un poco más del perfil de los trolls. Al parecer, se tratan de personas generalmente egoístas y con escasa empatía. Otras características son el cinismo y la capacidad de manipulación, a las que se unen unos ciertos comportamientos propios de psicópatas. El estudio se realizó entre 1.215 personas, y también se observó una tendencia sádica importante: el troll disfruta haciendo daño en la red (aunque no exista un motivo concreto para ello) y dedica tiempo de forma frecuente a esta tarea. En el caso de los hombres, se determinó que se tratan de unas 0,88 horas semanales, y en el de las mujeres, unas 0,49 horas a la semana.
Lo cierto es que un estudio con poco más de mil participantes tampoco puede considerarse del todo fiable, y harán falta futuros trabajos para determinar el perfil psicológico concreto del troll. Pero se trata de un primer paso importante para comprender a esta clase de internautas. Tal vez, conociendo un poco mejor a los distintos tipos de comentaristas en Internet, se vuelva más fácil reconducir los debates. De todas formas, el problema de los trolls no se va a solucionar mágicamente: son algo inevitable en Internet.
¿Qué opinas del tema? ¿Vale la pena estudiar este fenómeno, o consideras que entenderlo mejor no asegura ayudar a enfrentarse a él?