Ser aficionado a los videojuegos y amante del sistema operativo Android resulta duro. Mientras que en iOS hay muchos juegos interesantes, el sistema operativo del robot verde dispone de mucho menos catálogo. Y es que las diferencias entre el distinto hardware dificultan el desarrollo, y muchos tablets y smartphones no disponen de potencia suficiente para experiencias de calidad. Por otro lado, pocos usuarios de Android se encuentran dispuestos a pagar por un título, lo que provoca que se hayan vuelto populares los títulos free-to-play, escasamente recomendables. A pesar de la versatilidad de la plataforma, la situación para los interesados en el ocio electrónico resulta pésima.
Consolas basadas en este sistema operativo, como OUYA, se pueden considerar un fracaso, a pesar de que otras marcas están presentado sus propuestas similares. La única que parece seria se trata de la de Amazon, que supuestamente haría funcionar los títulos por streaming. Se comentó que Google también estaba interesada en el segmento, pero no se ha concretado nada. Por lo tanto, a día de hoy nos encontramos con un panorama bastante desolador respecto a los juegos, y no parece que se vaya a recuperar en poco tiempo. Dispositivos como el Sony Ericsson Xperia Play pasaron sin pena ni gloria, sentando un precedente de bastante negativo.
Las limitaciones que mencionamos de la plataforma representan un problema muy grande, pero la marca del buscador tampoco se ha esforzado demasiado. Con el Google Nexus 7 original se hizo algo de hincapié en el entretenimiento interactivo, pero desde entonces pocos han sido los esfuerzos de la multinacional respecto a este tema. Tras la compra de la desarrolladora Double Helix por parte de Amazon, da la impresión de que la empresa de Jeff Bezos puede ir más en serio. Sus dispositivos con Android no se tratan de los más populares, pero tampoco resultan irrelevantes, sobre todo gracias a su buena relación calidad precio.
¿Conclusión? Google tiene que esforzarse más con los juegos en su sistema operativo. No quiero decir que eso sea fácil, pero el segmento puede volverse muy rentable considerando la gran cantidad de potenciales usuarios. Hacen falta títulos más elaborados que Candy Crush o Angry Birds, con mejores gráficos, y que consigan que los consumidores paguen por ellos. Al final, la gran libertad de Android en este campo no ha representado una ventaja, sino que está provocando que existan distintas alternativas, y que ninguna haya conseguido madurar, al menos hasta el momento.
¿Qué opinas tú de este asunto? ¿Consideras que los juegos en Android pueden mejorar mucho, o crees que existen demasiados obstáculos?