No cabe duda de que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense está en boca de todos desde que estalló el escándalo PRISM, gracias a las confesiones de Edward Snowden. Y es que esta organización espía a lo largo de todo el mundo sin respetar la privacidad ni la presunción de inocencia, pero se toma muy mal que cualquiera quiera conocer información de ella. Y ahora nos llega una anécdota muy reveladora: cuando el periodista Nate Carlisle pidió informes respecto al centro de datos de la NSA en Utah, recibió los documentos sin detalles sobre el consumo de agua de la instalación.
Y es que la capacidad de los súper ordenadores se puede estimar en base a la potencia eléctrica que utilizan, y cuanto mayor sea más agua se volverá necesaria para la refrigeración. La NSA considera que revelar su consumo de agua implicaría indicar la potencia de cálculo del centro de datos de Utah, y dar una idea de la cantidad de información que recoge, que todos ya imaginamos que resulta muy alta. Sin embargo, ese estado es muy seco, por lo que sufre cortes de suministro, y hay quien opina que esta agencia puede estar empleando más cantidad del líquido elemento de la imprescindible.
Por otro lado, los sistemas de refrigeración de los ordenadores pueden ser muy distintos, así que se haría necesario conocer el que utiliza la planta de Utah para sacar conclusiones sobre su rendimiento. Al parecer, las autoridades del estado piensan de la misma manera, por lo que han indicado que la información sobre el gasto de agua debe hacerse pública. Probablemente la NSA apelará la decisión para lograr, como mínimo, retrasar el proceso. Otra prueba más de que esta organización no funciona como debería, y que necesita una reforma urgente que limite sus arbitrariedades.
¿Qué opinas tú de este tema? ¿Crees que informar del consumo de agua podría ser comprometedor, o consideras que la Agencia Nacional de Seguridad se ha acostumbrado demasiado a no tener que dar explicaciones?
