El investigador Nelson Caldwell del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics en EEUU y sus compañeros estudian los cúmulos globales desde hace años. Y es por ello que se han hallado mas de 500 cúmulos de estrellas.
Estas estrellas se dirigen a la Vía Láctea a una gran velocidad, de una galaxia (no tan lejana) elíptica gigante, plagada de agujeros negros supermasivos que actuarían como honda.
Estos cúmulos son agrupaciones de estrellas que se encuentran encerradas en una esfera de decenas de millones de años luz de diámetro. Estas estrellas, ya viejas, se formaron juntas en los inicios de la galaxia, por lo que se pueden considerar reliquias de nuestro mas infinito pasado.
Sin embargo, la gravedad hace que estos cúmulos se muevan, arrastrándose a su paso como un enjambre de abejas o la cola de un meteoro, flotando en la órbita de la galaxia a la que pertenecen y teniendo un movimiento caótico. Esta galaxia en cuestión es la gigante elíptica Messier 87, la mayor y más luminosa del cúmulo de Virgo. Sin embargo, esta galaxia sobre la que orbitan alegremente estas estrellas, esconde enterrado un agujero negro 6.500 vece más masivo que el Sol.
Esto provoca que un cúmulo, el HVGC-1 (siglas en inglés de cúmulo globular hiperveloz número 1) sea diferente al resto de los casi 10.000 que habitan esa galaxia. Este alcanza una velocidad de 4 millones de kilómetros por hora, que supera la velocidad de los disparos con balas rápidas en armas de fuego.
Estas estrellas hiperveloces suelen estar relacionadas con los sistemas binarios (dos estrellas), por que si una estrella posee una compañera que explota, convirtiéndose en supernova, esta explosión hace que la primera “salga disparada” sola hacia el universo.
Caldwell explica que la teoría favorita es la posibilidad de que este rápido cúmulo provenga de un nido de agujeros negros supermasivos. Más concretamente, dos. Pues así lo indica el origen de la galaxia, en fusión entre dos galaxias masivas y un agujero negro.
Aunque su destino es encontrar otra galaxia que las anexione, lo más probable es que este furtivo cúmulo, simplemente, navegue por el espacio interestelar.