En el pasado ya tratamos de un estudio de apuntaba a que muchos violinistas consagrados no eran capaces de distinguir a ciegas un mítico Stradivarius de un instrumento moderno. ¿Qué pensarían si les dan el que sale en el vídeo? Resulta increíble lo bien que suena para contar con cuerdas hechas de cabellos. ¡La verdad es que se elaboran cosas muy raras con pelo! En realidad, el artista Tadas Maskimovas hace un poco de trampa, porque usa pegamento para dar consistencia a sus peculiares cuerdas. ¿Tal vez nuestros compañeros de Xombit Music reseñen el primer disco grabado con este violín?
Desde luego, una clara prueba de que para disfrutar de la música no necesitamos de caros instrumentos, ¡sólo ganas y un poco de talento!