La verdad, soy el primero en animar a la gente a dejar de fumar. Ayer hablamos de la cantidad de sustancias que se añaden al tabaco para que nos volvamos adictos, y hoy surge otra noticia interesante. ¿Prohibir el tabaco? ¿Tiene eso algún sentido? Puede que no mucho, pero creo que cualquier idea, aunque difícil de llevar a cabo, sirve para llamar la atención sobre un hábito muy peligroso para la salud, que sale caro a largo plazo y que, por si esto fuera poco, ensucia nuestros dientes y empeora nuestro aliento. ¡Todo problemas!
Y es que leemos en The Telegraph que los médicos británicos votaron ayer a favor de una iniciativa que prohíba vender tabaco a nadie en el país que naciera después del año 2000. El objetivo es crear la primera generación libre de este vicio, que tantas muertes deja al año. No hay que olvidar que se suele empezar a fumar en la adolescencia, y que el hábito puede arrastrase a lo largo de toda la vida. Sin embargo, es cierto que experiencias como la Ley Seca de los Estados Unidos demuestran que la prohibición total implica muchos problemas, y no suele funcionar como se espera.
En mi opinión, las políticas actuales no van desencaminadas: “criminalizar” el consumo cada vez más prohibiendo fumar en locales cerrados, aumentar los impuestos y seguir con las campañas de concienciación. Pero los médicos comprueban como esto no salva todas las vidas que les gustaría, y veo normal que se desesperen. Aunque esta propuesta probablemente nunca se ponga en práctica, me parece importante llamar la atención de la sociedad, sobre todo sabiendo que los nacidos a partir del año 2000 verían frenado su desarrollo cerebral si ahora empezaran a fumar. ¡Hay que seguir trabajando en este problema!
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que se trata de una idea valiente y atrevida, o algo imposible de llevar a la práctica?
Imagen | Nina Matthews