Ya os hemos hablado de que los robots cada vez son más humanos, y ahora llega el momento de que los humanos nos transformemos en máquinas. Los marcapasos resultan muy comunes a día de hoy, y se avanza en desarrollar implantes electrónicos para curar la ceguera. Pues bien, hay quien quiere ir un paso más allá, como Adi Robertson, que cuenta en The Verge cómo es haberse encaminado hacia el post humanismo. Ella se ha puesto implantes en los dedos por pura diversión, con resultados bastante curiosos, aunque tampoco han cambiado su vida de manera destacable.
Esta mujer colocó en su dedo anular un pequeño imán, y en el pulgar un chip NFC. Con el imán puede hacer levitar la chapa de una cerveza, o elevar unos clips en el aire. Además, tiene una gran sensibilidad ante fenómenos electromagnéticos, como un microondas funcionando. No se encuentra problemas para pasar por la seguridad de los aeropuertos, pero seguramente resultaría muy peligroso que se realizara una resonancia magnética. El chip NFC de poco le sirve, aparte de desbloquear el móvil o dirigirlo a una página web: no le permite activar el torno del edificio en el que trabaja, ni hacer compras.
De todas formas, está contenta con su idea, aunque sabe que el NFC podría quedar obsoleto, y con ello una parte de su cuerpo. Es una post humana sin ninguna capacidad increíble, pero su caso llama la atención. Ya hemos visto que con imanes potentes se pueden hacer cosas muy chulas, pero el suyo no sirve más que para tomar el pelo a los amigos. En cualquier caso, puede que lo que hoy se trata de una simple curiosidad se transforme en el futuro del ser humano en un par de décadas. Y entones Robertson será considerada una pionera.
¿Qué opinas de este tema? ¿Harías tú algo de este estilo, o crees que se trata de una locura?
Imagen | Ian.Kobylanski