Uno no deja de sorprenderse al comprobar que se llegan a usar armas de lo más extrañas para enfrentarse a las enfermedades. Hace tiempo ya tratamos de una planta de tabaco que podía ayudar a combatir el cáncer, y hoy es el turno del ántrax. Esta bacteria, llamada Bacillus anthracis, se llegó a usar como arma biológica, y tras los atentados del World Trade Center estuvo de actualidad. Curiosamente, una de las proteínas de este microorganismo es capaz de agarrarse a las células y abrir una vía de paso para otras, que son las que resultan peligrosas para el ser humano.
Pues bien, leemos en IFLScience que unos científicos del MIT han publicado un trabajo en el que explican cómo eliminar las proteínas peligrosas del ántrax, y sustituirlas por anticuerpos que combaten el cáncer. Parece que los anticuerpos representan un arma potente contra esta dolencia, y la pueden llegar a detener, pero algunos de ellos deben introducirse en el interior de las células afectadas. Hasta el momento no existía un sistema universal para lograrlo, y es a lo que aspiran estos investigadores. En ensayos de laboratorio se ha conseguido acabar con células con cáncer, aunque todavía es pronto para hablar de un medicamento real.
Y es que el ántrax ataca a muchos tipos distintos de células del cuerpo humano, por lo que resulta imprescindible diseñar un mecanismo que permita apuntar a las que interese en cada caso. Ya hemos derrotado casi totalmente ciertos tipos de cáncer, y esperamos que se siga avanzando para curar todos los demás. Investigaciones como esta pueden parecer muy alejadas de la realidad, pero tal vez pongan las bases para nuevos fármacos mucho más efectivos. Como siempre, habrá que tener paciencia para comprobar cuál es el resultado de este trabajo. En cualquier caso, ¡parece que el ántrax no siempre es tan malo!
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