Ya hemos visto que en el trabajo te puedes encontrar riesgos inesperado, como el de pasar el día en una oficina sin ventanas. Pero, ¿y coger una gripe? No es nada infrecuente que nos la contagie un compañero, y ahora empiezan a quedar claras las razones: los virus se propagan muy rápido una vez llegan a un edificio. Lo han demostrado unos investigadores de la Universidad de Arizona en Tucson, y por suerte también han revelado que determinadas medidas higiénicas podrían limitar seriamente la capacidad de los virus para extenderse. ¡Aunque no creo que eso nos vaya a librar de los catarros!
Leemos sobre este experimento en io9: se colocaron una o dos fuentes de virus en superficies frecuentemente tocadas en oficinas, salones de conferencias y centros sanitarios. Se esperó entre dos y ocho horas, para luego analizar entre 60 y 100 superficies del edificio, como mesas de trabajo, pomos de puertas, equipos informáticos o pulsadores. Y se comprobó que entre el 40% y el 60% estaban contaminadas con el virus usado como ejemplo. El contacto físico no transmite virus comunes como el de la gripe o la gastroenteritis, pero llevar a la boca una mano contaminada sí que puede provocar el contagio fácilmente, así que el problema existe.
Los investigadores indican que usar toallitas desinfectantes adecuadas puede reducir la propagación de virus como el de la gripe entre un 80% y un 99%, aunque no podríamos descartar que mutara para hacerse más resistente. De todas formas, el experimento no midió el contagio real entre los empleados, así que no resulta todo lo completo que debería. Ni siquiera virus como el del Ébola son peligrosos a día de hoy para la población occidental, así que un catarro no debería ser problema… ¡pero eso no es motivo para no seguir investigando! Un mundo sin gripes sería una maravilla, desde luego.
¿Qué opinas de este trabajo? ¿Te parece valioso, o sólo te confirma la obviedad de que las enfermedades se transmiten muy fácilmente?