Hace tiempo ya te explicamos el experimento de la prisión de Stanford, el más célebre en la psicología social, y hoy vamos a tratar del experimento de Rosenhan, quizá el más conocido en el campo de la psiquiatría. Se llevo a cabo entre 1968 y 1972 por David Rosenhan en los Estados Unidos, y en su primer fase consistió en enviar a personas mentalmente sanas a hospitales psiquiátricos. Indicaron que sufrían alucinaciones auditivas, y fueron admitidos en base a los síntomas que indicaban padecer. Una vez internadas, se comportaron con normalidad y aseguraban que ya se encontraban bien y que las alucinaciones había remitido.
A pesar de todo, fueron mantenidas en observación períodos tan largos como dos meses, y sólo se les dio el alta tras considerar que la enfermedad estaba “controlada” (no “curada”) y bajo medicación. La segunda parte del experimento resulto aun más interesante: ante las quejas de un hospital, Rosenhan lo retó a identificar a los nuevos voluntarios que iba a mandar. 43 personas fueron señaladas como impostoras por la plantilla, y 19 fueron acusadas por un psiquiatra y otro trabajador del hospital a la vez. Sin embargo, Rosenhan no había enviado a nadie. La conclusión de esta experiencia fue muy clara:
Cualquier proceso diagnóstico que se preste por sí mismo tan fácilmente a errores masivos de este tipo no puede ser un proceso muy fiable.
Esta experimento sirvió para denunciar la deshumanización de los hospitales, y que los médicos se esforzaban más en poner etiquetas a los pacientes que por sus problemas reales. En un sentido más amplio, el trabajo dejó muy claro que no existía una forma objetiva de diferenciar a los cuerdos de los locos. Aunque es cierto que eso está cambiando: por ejemplo, el riesgo de suicidio se puede determinar con una análisis de sangre. A pesar de todo, siguen existiendo serias lagunas, como que los test que se usan para dar la libertad condicional a los psicópatas no ofrezcan ninguna fiabilidad.
¿Qué opinas de este tema? ¿Crees que lo que se ha descubierto con el experimento de Rosenhan sigue vigente, o que en estas décadas hemos avanzado mucho?
Imagen | Carsten Schertzer