La verdad es que la medicina no deja de avanzar y, aunque se está experimentando con una vacuna contra el síndrome de inmunodeficiencia, su curación parece algo lejano todavía. Sin embargo, una persona ha dejado atrás la enfermedad: se trata de Timothy Ray Brown, que se infectó en 1995, y en 2007 superó la afección gracias a una infrecuente combinación médica. Y es que contrajo leucemia (¡ya es mala suerte!), por lo que tuvo que recibir quimioterapia y un trasplante de médula ósea. Tras el proceso, sus niveles del virus en sangre se han mantenido indetectables, a pesar de que ya no toma medicamentos para controlarlos.
Tal y como leemos en Geek, este hombre (conocido como “el paciente de Berlín”) se vio afectado por varias circunstancias, y no se sabe muy bien cuál fue la determinante, o si todas influyeron. Por un lado, la médula ósea que recibió era de una persona con una mutación que afectaba a la capacidad del virus para entrar en las células. Por otro lado, su sistema inmune fue destruido con quimioterapia y radioterapia para hacer posible el trasplante, lo que pudo eliminar el virus. En último lugar, las células que recibió atacaron a las suyas propias, lo que supuestamente destruiría los últimos virus presentes.
Al parecer, acabar con el sistema inmune no parece ser la solución, de acuerdo a experimentos realizados en monos. Además, hubo dos casos más de afectados que recibieron médula ósea y, aunque pareció que la infección se eliminó, meses después regresó. Así que la mutación del donante de Timothy Ray Brown parece la clave. Y los científicos van a seguir trabajando para aclarar el misterio. Por eso es importante apoyar la investigación y, además, luchar contra los prejuicios irracionales que se han ido creando alrededor de esta enfermedad.
¿Qué opinas del tema? ¿Esta historia te llena de esperanza, o no crees que el paciente de Berlín pueda servir para encontrar un cura?