El virus de la inmunodeficiencia humana sigue sin tener una cura, y muchas personas han relajado las precauciones a causa de los nuevos medicamentos que transforman la enfermedad en crónica. Hace poco el Reino Unido aprobó las pruebas caseras para el autodiagnóstico en un intento por frenar su propagación. Sin embargo, la vida para las personas que sufren esta dolencia no resulta fácil, a la vista de los datos de un estudio conjunto de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España y de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida. Según leemos en La Voz de Galicia, se mantienen muchos prejuicios irracionales.
Por ejemplo, a la mitad de los padres no les gustaría que sus hijos fueran al colegio con un niño con VIH. Mucho más grave es que cuatro de cada diez encuestados se sentirían incómodos frente a un compañero portador en el trabajo, y un sorprendente 29% evitaría cualquier contacto físico con esa persona. El estudio continúa uno del año 2008, y muestra partes positivas, ya que el rechazo de la sociedad a los afectados se ha reducido. Sin embargo, el porcentaje de personas que en el 2014 piensa que el VIH se contagia por beber del mismo vaso o por toser no ha cambiado en estos seis años.
Lo más preocupante es que en este tiempo han tenido lugar campañas de sensibilización, y se ha comprobado que llegan a muchas personas que, por sus propias opiniones, ignoran los hechos sobre la realidad del virus. Esperemos que, al igual que determinados tipos de cáncer se curan en casi todos los casos, el VIH se vea arrinconado por los avances de la medicina. Mientras tanto, no hay que dejar que creencias irracionales estigmaticen a los enfermos, que ya sufren bastante como para que se genere alarma creyendo que su dolencia resulta más contagiosa de lo que es en realidad.
¿Qué opinas del tema? ¿Estás en ese 40% que no se sentiría cómodo trabajando con un enfermo, o no tienes esos prejuicios sin sentido?