¿Un mundo en el que las personas son mitad humano y mitad máquinas? Parece el argumento de cualquier película de ciencia ficción, pero estamos más cerca de ese punto de lo que pensamos. El hombre de la foto es Les Baugh, un estadounidense que perdió sus dos brazos, y al que recientemente se le han implantado dos prótesis robóticas que parecen venidas del futuro. Llevamos décadas soñando con algo así, de hecho ya hablamos de que nuestro futuro va unido a la tecnología, y parece que estamos encaminados para que hombre y máquina se combinen en un solo ser.
Así que hoy vamos a revisar el tema de los cyborgs, desde una doble vertiente interesante: tanto los cyborgs de series, películas y videojuegos como aquellos “reales”… aunque lo de reales no debería ir entrecomillado, porque estamos viviendo el nacimiento de verdaderos seres que se unen con máquinas para formar un todo más completo.
Los cyborgs en la ficción
Antes de conocer el sorprendente caso de Les Baugh, echemos una ojeada a las formas en las que la ficción ha interpretado a los cyborgs. El término fue inventado por Manfred Clynes y Nathan Kline en 1965, y su idea era que el hombre no tuviera que adaptar los espacios en los que vive, sino que pudiese soportar en condiciones ambientales adversas. Echemos un vistazo a algunos de los cyborgs más famosos de las últimas décadas en el mundo del entretenimiento:
Darh Vader
Sí, Darth Vader es un cyborg, aunque no lo solamos identificar con ellos. A pesar de todo el poder de la Fuerza, sufrió una severa agresión que destrozó su cuerpo y… ¡mejor evitaremos más spoilers!. Sus piernas son prótesis, no demasiado avanzadas, dado que anda con normalidad pero tampoco destaca por su agilidad. Además, necesita asistencia para respirar, como indica el sonido que emite en todo momento. Star Wars no miró mucho al futuro, puesto que luego descubriremos que en 1978 (un año después de su estreno), se creó el primer cyborg real. Obviamente, no con unas piernas, pero el avance fue importante.
La mujer biónica
Algunos no se acordarán, pero en esta serie de 1975 una deportista profesional sufre un grave accidente, y varias partes de su cuerpo son reemplazadas. En este caso, sus implantes no se aprecian a simple vista, y representa un buen ejemplo de cómo los cyborgs podrían integrarse en la vida diaria: con enormes capacidades, pero sin llamar la atención. En 2007 se hizo un remake de esta serie que tampoco fue demasiado exitoso. Puede que algún día esta humilde producción se considere como un hito que se adelantó muchas décadas a su tiempo, y que mostró un cybrog discreto y bien integrado.
RoboCop
Sin duda, un ejemplo de cómo las cosas pueden salir mal, y de que los intereses económicos tal vez hagan que un cyborg sea una herramienta para ciertas tareas peligrosas y no un ser que mejore la vida de la persona que era antes. Además, el film reflexiona sobre el problema de la autoaceptación de los los que son mitad máquina y mitad humanos. La película de Paul Verhoeven de 1987 tuvo un remake en el año 2007 (echa un vistazo a su atractivo tráiler) que no varió mucho el concepto. RoboCop es interesante porque nos recuerda que un sueño puede convertirse en pesadilla muy fácilmente.
Adan Jensen
Muchos no conocerán al protagonista de Deus Ex: Human Revolution, pero considero que este videojuego que es una de las obras recientes que más profundizan sobre los cyborgs: los conflictos sociales, económicos y morales que provocarían, la forma en la que la humanidad cambiaría, los problemas de la dependencia extrema de la tecnología… Vale la pena jugar esta aventura que dibuja una sociedad dividida frente a los implantes: mientras algunos quieren ser superhombres, otros ven como la falta de dinero para operarse los deja fuera del mercado laboral. Sin duda, un título que aporta muchas ideas interesantes.
Los cyborgs reales
Sin embargo, la tecnología ha ido avanzado, y ya tenemos algunas muestras de cyborgs reales, más reales de lo que podríamos imaginar. Desde luego, algunas de sus capacidades son sorprendentes e inesperadas. No es lo que vemos en las películas, eso está claro, pero estas personas realmente han integrado la tecnología en su cuerpo para mejorar su capacidades, o al menos solucionar un problema físico. Veamos algunos de los ejemplos más interesantes de humanos que han visto como su cuerpo mejoraba gracias a las máquinas:
”Jerry”, la prehistoria
Puede sorprender que nos remontemos a 1978, pero fue cuando este hombre (cuyo nombre real no transcendió) recibió un implante que unía su cortex visual a unas gafas con una cámara. William Dobelle fue el investigador responsable, y consiguió que Jerry percibiese sombras grises, aunque a pocos fotogramas por segundo, y en un campo limitado. Al principio el paciente tenía que mantenerse junto a un ordenador para “ver”, pero a día de hoy su sistema es portable, y permite a Jerry ejecutar tareas sencillas por sí solo. ¡Hablamos de un logro que ha tenido lugar hace más de 35 años!
Kevin Warnick, el pionero
Este intrépido profesor de la Universidad de Reading se colocó en 1998 durante 9 días un chip RFID bajo la piel, que controlaba distintas partes de un edificio adaptado (abría puertas, pasaba por puntos de seguridad…), algo que otras personas luego hicieron con chips NFC. En 2002 Reading conectó sus nervios del brazo mediante unos sensores especiales, y con ellos fue capaz de manejar un brazo robótico a distancias transoceánicas, lo que dejó claro que el cerebro humano puede controlar algo más que el propio cuerpo. Una avance clave que no sabemos a dónde nos puede llevar en las próximas décadas.
Los implantes oculares
Hace años que a personas ciegas (dependiendo de la patología) se les ponen cámaras que capturan imágenes y las transforman en impulsos nerviosos que viajan al cerebro. Es un campo complejo, pero en él que se avanza de manera firme, de hecho hablamos hace tiempo de ensayos con ratones ciegos en los que los animales recuperaban la vista casi por completo. Creo que es un claro ejemplo de un cyborg que todos aceptaremos con facilidad, pero que no por ello lo encuentro menos sofisticado. Por ahora pretendemos curar la ceguera, un día el objetivo puede ser mejorar la agudeza visual de los seres humanos.
Neil Harbisson, el activista
Ya te hablamos hace tiempo de Neil Harbisson, que es la cabeza visible del incipiente movimiento cyborg. Incluso en su foto de pasaporte sale con su implante, pues un informe médico acreditó que ya formaba parte de él. Tiene una cámara en la cabeza que detecta frecuencias de luz, que luego viajan a su nuca y se transforman en vibraciones que perciben los huesos del cráneo. Gracias a la plasticidad del cerebro, Harbisson logra percibir colores de esta peculiar manera, algo que su vista no le permite a causa de un enfermedad. Sin duda, esto demuestra que la tecnología nos puede otorgar capacidades nuevas.
Marcapasos, el clásico
Puede que se lleven implantando marcapasos desde la década de los años 60, pero eso no cambia nada: llevar un aparato dentro del cuerpo que ayuda a que funcione mejor te transforma en un cyborg, por mucho que sea algo frecuente. La idea de que hombre y máquina formen un solo ser se da en este caso, así que creo que debemos afirmar que llevamos 50 años conviviendo con cyborgs sin apenas percatarnos. Obviamente, del futuro debemos esperar conceptos más sofisticados, pero está claro que el deseo del hombre de modificar su cuerpo lleva mucho tiempo vivo.
Les Baugh, un nuevo avance
Normalmente las prótesis robóticas suelen reemplazar una mano amputada, pero una de este tipo le hubiera servido de muy poco a Les Baugh: este hombre perdió ambos brazos a altura de los hombros hace más de 20 años, como leemos en Slashgear. Pues los científicos de la Universidad John Hopkins han desarrollado dos brazos robóticos que se conectan a sus nervios, y que Baugh puede controlar con cierta habilidad.
Es la primera persona que ha recibido prótesis para ambos brazos y que las puede usar a la vez. Por ahora al pobre Baugh le cuestan tareas relativamente simples como meter una bola en una cesta, pero está aprendiendo poco a poco a manejar sus nuevos brazos, y los avances son prometedores. Aunque suene a fantasía, quizá haya un día en el que unos brazos como estos puedan realizar tareas fuera del alcance de los seres humanos normales.
El futuro
¿Hacía donde vamos? No lo tengo claro, ahora mismo parece ciencia ficción que alguien renuncie a sus propios ojos a cambio de unos artificiales, por muy avanzados que sean. Más atrevido aun parece amputarse las piernas para colocarse otras de metal, por mucho que resultan más rápidas. Pero, si encontrar un buen trabajo dependiese de tener un cuerpo modificado, ¿no se lo pensaría mucha gente?
De todas formas, el futuro puede deparar muchas cosas. Ahora mismo pensamos en un conceptos como un “ojo electrónico”, una especie de videocámara que suple las funciones de nuestro órgano natural. Tal vez nada de esto ocurra: puede que en el futuro se desarrollen órganos a la carta mejorados, por lo que los implantes mecánicos y electrónicos no tendrían sentido. O quizá nada de esto se vuelva realidad, y pase como con los coches voladores, que hace décadas se veían como el futuro, pero que no parece que vayan a llegar en mucho tiempo.
Está claro que los cyborgs resultantes del uso de prótesis médicas van a ir en aumento en los próximos años, y eso representará un avance muy grande para la medicina y el bienestar de las personas. Ahora bien, ¿policías mitad humano, mitad robot patrullando las calles? No lo veo nada claro.
¿Qué opinas tú de este tema? ¿La humanidad se dirige a una fusión profunda con las máquinas, o crees que nunca aceptaríamos renunciar a nuestro cuerpo original?
Gran artículo, Paola. En realidad La Mujer Biónica era un spin off de El Hombre de Seis Millones de Dólares aunque supongo que pocos somos los frikis que nos acordamos de una u otra.