La verdad es que los televisores pueden parecer un segmento poco atractivo frente a otros como los smartphones o los portátiles. Pero los amantes de la imagen de calidad saben apreciar los aparatos que tienen en su salón, aunque no siempre sean todo lo avanzados que quisieran. Hoy vamos a conocer un poco mejor de dónde viene el televisor actual, y a dónde se dirige. Un viaje muy interesante para los amantes de la tecnología, y también para quien esté pensando en comprarse una tele en breve.
Así que empezaremos nuestro recorrido unas décadas atrás, y luego veremos qué es lo que nos depara el 2015 en este campo, así como algunas de las tendencia a corto plazo. ¡Empieza nuestro recorrido!
El camino al televisor moderno
Aunque nos parezca que la tele que tenemos en el salón es un aparato sencillo, lo cierto es que se trata del resultado de muchos años de mejoras técnicas. ¡Hubo un día en el que las imágenes se veían en blanco y negro! Pero no echaremos la vista tan atrás, sino que empezaremos con lo que se llama televisor de tubo (o CRT). Puede parecer reciente, pero lo cierto es que han sido muchos los avances que han tenido lugar desde entonces y que han ido dibujando lo que hoy se vende en las tiendas.
La definición estándar, el origen
Obviamente, podríamos ir muy atrás en el tiempo si pretendiéramos abarcar toda la historia de la televisión (que tiene su origen en los años 30), pero nos limitaremos a lo que muchos conocemos como las “televisiones de tubo”. En los desvanes (y en algunas salas de estar) aún se encuentran televisores de rayos catódicos. En ellos un haz va dibujando la imagen contra una pantalla de vidrio tratada con plomo y fósforo.
En España se usaba el sistema PAL, por lo que las imágenes tenían 720 x 576 píxeles y se cambiaban 50 veces por segundo… aunque sólo la mitad de las líneas de la pantalla, por lo que la frecuencia de refresco real es la mitad. En Estados Unidos se usaba un sistema algo inferior, con menor resolución, aunque con un refresco superior.
Podemos ver que las televisiones de tubo tenían resoluciones bastante pobres, pero en esa época no se daba tanta importancia a estos temas. Obviamente, también tuvieron lugar avances durante ese tiempo, pero eran mucho más lentos. No hay que olvidar que estos sistemas se empezaron a gestar en los años 50, así que su vida fue larga.
720p, mas píxeles y panorámico
A finales de la década de los años 90 surgieron dos tecnologías novedosas: el LCD y el plasma. Sin entrar en detalles técnicos, lo que los hizo destacar es que permitían construir televisores extremadamente delgados (para la época). Lo cierto es que los primeros modelos no se veían para nada mejor que los de tubo, y la principal motivación de muchos para gastar 6.000 euros era estética, aparte de la posibilidad de disfrutar de un panel muy grande en un espacio reducido.
Con la llegada del LCD se pasó del formato 4:3 al más alargado 16:9, que es el que se usa a día de hoy, al menos mientras el ultra panorámico 21:9 no despega. La resolución HD (o 720p) es de 1.280 x 720 píxeles. Algunos plasmas no la alcanzaban, mientras que los LCD empezaron a apostar por 1366 x 768 píxeles. Poco a poco los precios de las pantallas planas fueron bajando, y la calidad de imagen se volvió aceptable, por lo que los modelos de rayos catódicos se quedaron atrás.
Full HD y la muerte del plasma
Poco después se volvió común la resolución Full HD (1.920 x 1.080 píxeles) y se impuso el Blu-ray, lo que hizo que apareciese mucho contenido compatible. El avance del LCD en estos años fue muy grande: se popularizaron los paneles IPS, con mejores ángulos de visión, y se empezó a usar la retroiluminación LED, que permitía televisores extremadamente finos. Esto, junto a la mejora general de la electrónica y la bajada de los precios, hizo que el plasma dejara de resultar competitivo, y quedará reservado a sibaritas, hasta casi haber desaparecido hoy en día.
Lo cierto es que la calidad de imagen de los televisores planos ya resultaba muy elevada (aunque las emisiones de televisión no siempre estaban a la altura en temas técnicos), pero los fabricantes necesitaban vender, así que no dudaron en presentar una novedad… que no llegó a ningún sitio.
El 3D, ese experimento fallido
El efecto 3D se puso de moda en el cine gracias a películas como Avatar, y los fabricantes de televisores pensaron que podían convencer a los consumidores para adquirir nuevas teles. Pero llevar gafas para ver el 3D no es que fuera muy cómodo, y en casa uno tiene muchas menos ganas de ponerse accesorios de este tipo. Ya hemos visto que si hay un futuro para el efecto 3D, es prescindiendo de las gafas. Ahora mismo, lo tridimensional ya casi no atrae a nadie.
Aunque el 3D no saliera delante, lo cierto es que las marcas tienen mucho que ofrecernos. Hasta ahora se iban centrando en introducir una prestación tras otra, pero en este momento hay tantas tecnologías compitiendo que está claro que todas no pueden desarrollarse al mismo ritmo.
Lo que nos espera en 2015
En el 2015 veremos muchos avances, por supuesto, y tendrán lugar en campos diversos. Aumentar la resolución seguirá siendo algo importante, pero tampoco me parece lo más interesante. Desde luego, en este año que acaba de empezar se volverá difícil escoger televisor, porque seguramente no podremos permitirnos todas las prestaciones que querremos.
Muchas, muchas smart TV
El smart TV lleva años de moda, pero está claro que cada vez resulta más importante, y que los televisores actuales tienen mucho que avanzar en este campo. LG apuesta por webOS como sistema propietario y Samsung hará lo propio con Tizen (incluyendo videojuegos gracias a PlayStation Now). Es difícil que los fabricantes de hardware saquen adelante una buena plataforma para televisores inteligentes, pero cada vez se esfuerzan más. Y, poco a poco, el trabajo duro da frutos.
Google va a trabajar en Android TV, con la colaboración con marcas como Sony. Después del bochornoso fracaso de Google TV, esperemos que esta vez la marca del buscador se tome el segmento de los smart TV más en serio. Por otro lado, no resultaría imposible que Apple lanzara en el 2015 su tan esperada iTV, aunque los rumores al respecto sean escasos. Y Microsoft ya ha insinuado que Windows 10 podría funcionar en televisores, aunque no ha concretado cuáles serían sus prestaciones.
Más resolución 4K… ¡y hasta 8K!
Es evidente que el 2015 va a representar el año de la popularización del formato 4K (con 3.840 x 2.160 píxeles), a pesar de la escasez de contenido disponible. En las teles de gama alta ya se ha vuelto la norma, y cada vez modelos más económicos ofrecen esta resolución. Incluso es probable que veamos los primeros aparatos comerciales 8K, a pesar de que ahora mismo tienen poco sentido. La verdad es que aumentar los píxeles atrae a los consumidores, aunque no siempre los vayan a apreciar.
Es posible que en las Navidades del 2015 los televisores 4K ya sean la norma en los modelos de gama media que se vendan. Otra cosa es que los usuarios sientan la necesidad de renovar sus aparatos, algo que creo que el aumento de resolución no conseguirá provocar por sí mismo.
Pantallas curvas
Nadie sabe muy bien para qué sirve tener una tele curva, pero a todo el mundo le gustan. Las marcas esgrimen argumentos un tanto peregrinos, como una mayor sensación envolvente y menos reflejos, pero lo cierto es que adquirir un panel curvado representa un ejercicio de esnobismo ahora mismo. Eso sí, los precios van cayendo poco a poco, y la gente se una a la moda.
No hay que subestimar factores como la novedad y el diseño: ya vimos que impulsaron las ventas de las pantallas planas cuando su calidad visual aún resultaba muy deficiente, y tengo claro que los consumidores se van a mostrar entusiasmados en este 2015 con los paneles curvos. Puede que no sirvan para mucho, pero es lo que se va a llevar. ¿Qué pasará a largo plazo con ellos? Yo diría que caerán en el olvido, pero reconozco que es arriesgado hacer un predicción a este respecto.
Paneles OLED y puntos cuánticos
Al final, la resolución no es lo más importante en un televisor, por mucho que nos la vendan como la característica clave. El ojo humano es mucho más sensible al contraste, y los paneles OLED ofrecen unos negros increíblemente profundos (pues pueden apagar los píxeles por completo) y unos colores vibrantes. No cabe duda de que en el 2015 vamos a ver muchos televisores OLED, pero los costes de la tecnología aún resultan elevados, por lo que considero dudoso que se popularicen y lleguen a precios asequibles.
Sin embargo, los puntos cuánticos son más económicos, y permiten aumentar la calidad de imagen de los paneles IPS tradicionales. Se tratan de unos nanocristales que mejoran la reproducción del color, y LG va a lanzar televisores con ellos este año. A pesar de que esta tecnología ya se está usando en dispositivos bastante baratos, parece que en el caso de LG veremos modelos con precios astronómicos. De todas formas, es probable que su coste se vaya reduciendo.
21:9 y grandes diagonales
Por último mencionaremos dos tendencias emergentes, pero que van a un ritmo más lento. Por un lado, los televisores en formato 21:9, en los que Philips fue pionera en el 2010. Desde entonces hemos visto un puñado de modelos cada año, siempre de gama muy alta. Pienso que en el 2015 recibiremos más pantallas ultra panorámicas, pero no creo que se vuelvan comunes. Ahora mismo, el reinado del 16:9 parece sólido.
Que van a salir televisores más grandes en este año no representa ningún secreto. Se trata de una tendencia siempre de actualidad en el sector. Aunque también es cierto que el 4K ofrecerá la posibilidad de alcanzar diagonales monstruosas sin sufrir pixelación. De todas formas, tampoco creo que los televisores enormes se transformen en el principal reclamo de las marcas, que cuentan con muchas propuestas distintas que hacernos. Pero el crecimiento del tamaño medio continuará, y seguro que veremos modelos gigantes para atraer a los aficionados a lo grande.
¡Este 2015 será interesante!
Desde luego que nos espera un año interesante. De pronto, parece que el sector de los televisores se ha acelerado, quizá por influencia del mundo de los smartphones y de la informática en general. Aunque la estrella del 2015 va a ser el 4K, veremos otras tendencias, y habrá gente que no podrá permitirse contar con todas las prestaciones que desee.
Hemos comprobado que el camino hasta los televisores actuales ha sido muy largo, pero que las novedades no paran. Tal vez en unos años dejemos de lado las pantallas planas en favor de la holografía, o todos usemos cascos de realidad virtual como Oculus Rift… ¡el sector de la electrónica de consumo nunca deja de sorprendernos!
¿Qué opinas de este tema? ¿Te han entrado ganas de comprar una tele nueva, o crees que todas estas nuevas funcionalidades son puro marketing?
Los televisores con formato 21:9 es posible que se acaben imponiendo, y más con la tecnología 4K y 8K.
Es un avance tecnológico que no requiere “esfuerzo” por parte del consumidor como sí ocurre con el 3D al obligarte a usar gafas 3D reproductores 3D y películas 3D.
La clave, como siempre, estará en la bajada de precios.
Un saludo y feliz 2015. 🙂
Buuf, no tengo muy claro lo del 21:9. Supuestamente se ajusta mejor a la visión humana, pero yo lo encuentro demasiado panorámico. No tengo claro que a la gente le vaya a gustar.
Tal vez tenga sentido cuando tengamos televisores curvos tan grandes que ocupen casi toda la pared. ¡Sería genial que la pantalla nos envolviese ligeramente y cubriese todo nuestro campo visual! Pero tardaremos mucho en poder comprar televisores así…
[…] un tiempo ya vimos cómo han ido evolucionando los televisores y cómo lo harán en el 2015, pero hoy toca mirar a más largo plazo. ¿En qué condiciones disfrutaremos del entretenimiento en […]
[…] Nuevamente estamos viendo la historia repetida. Hasta que los contenidos en Full HD no estuvieron bastante extendidos, los televisores con esta resolución no terminaban de funcionar demasiado bien. Ahora, si compramos un televisor con 4K y nos ponemos a ver la TDT nos encontraremos con la desagradable sorpresa que el resultado es realmente malo para el dinero que nos hemos gastado en el aparato, por lo que mucha gente aún está prefiriendo quedarse con otras alternativas. […]
[…] Nuevamente estamos mirando la historia repetida. Hasta que los contenidos en Full HD no estuvieron bastante extendidos, los televisores con esta respuesta no terminaban de funcionar demasiado bien. Ahora, si compramos un televisor con 4K(3840×2160) y nos ponemos a mirar la TDT nos encontraremos con la desagradable sorpresa que el resultado es realmente malo para el dinero que nos hemos gastado en el aparato, por lo que mucha multitud todavía está prefiriendo establecerse con otras alternativas. […]