He de empezar este artículo con una confesión: juego a la Nintendo 3DS con el 3D activado. Y me gusta. Sí, sé que deja mucho que desear y que casi todo el mundo usa el modo 2D, pero creo que la tridimensionalidad aporta mucha inmersión a los juegos. También me agradaban las películas en 3D pero, como a todo el mundo, me molesta tener que ponerme unas gafas especiales. Está claro que el futuro del 3D es sin gafas, si es que hay uno.
Así que vamos a analizar las técnicas que se pueden usar para lograr el 3D autoestereoscópico, revisar los principales dispositivos que las han usado en los últimos años e intentar vaticinar qué es lo que va a pasar durante los próximos años con este moda que ya se ha apagado casi del todo.
Tecnologías disponibles
Actualmente, existen dos tecnologías prácticas que se suelen usar para conseguir la ilusión de tridimensionalidad. Básicamente, ambas hacen que cada uno de nuestros ojos vea una imagen ligeramente distinta. Eso supone que la resolución horizontal práctica se reduzca a la mitad, y más aun si son varias las personas que deben apreciar el efecto. Echemos un ojo a las técnicas disponibles:
Barrera de paralaje
El sistema más común, y el que más éxitos ha dado. Básicamente, se tratan de unas láminas que hacen que el ojo derecho no vea el mismo pixel horizontal que el ojo izquierdo. Requiere estar colocado en una posición concreta y sufre de zonas muertas, aunque algunos dispositivos ha superado los problemas en cierta medida. La idea surgió en el año 1901, aunque no fue hasta un siglo después que Sharp aprovechó este sistema para una pantalla.
Hoja lenticular
Esta técnica es más avanzada, y usa lentes cilíndricas colocadas en vertical, que separan la visión de los dos ojos. Eso evita que se pierda luminosidad y aumenta los ángulos de visión, pero todavía no hemos visto productos comerciales que usen exitosamente este sistema. Se han realizado bastantes prototipos, pero ninguno ha dado el resultado esperado.
Historia reciente
Una vez vistas las tecnologías disponibles, echemos un ojo a los distintos dispositivos que las han usado. Son pocos, la verdad, así que es posible repasar en qué ha fallado cada uno y comprobar en qué situación nos deja eso en cuanto al futuro. Empecemos el listado:
Nintendo 3DS
La pantalla de la Nintendo 3DS es de barrera de paralaje y, en su primera versión (del 2011), resultaba claramente deficiente. Requería mantenerse en una posición muy exacta para apreciar el efecto 3D. En esas condiciones, la calidad no era mala, considerando que la pantalla es bastante sencilla técnicamente. Pero hasta el más mínimo movimiento hacía que se perdiera la ilusión. Esta concentración necesaria podía causar dolores de cabeza y cuello.
La Nintendo 3DS se unió a la moda de lo tridimensional de ese momento, pero le hizo más daño que bien. La Nintendo 3DS XL mejoró un poco pero, con esta tecnología, no sería lógico esperar que la idea siguiera levantando interés.
LG Optimus 3D y HTC Evo 3D
En plena efervescencia de este sistema, algunos fabricantes de móviles lanzaron sus propuestas. Técnicamente no resultaban nada destacables, es verdad, pero ese no se trataba del verdadero problema. Lo grave es que no tiene mucho sentido poner 3D en un móvil, que no resulta adecuado para ver películas ni para disfrutar de juegos. Sumando a eso que la tecnología estaba verde, encuentro comprensible que los consumidores no recibieran con demasiado interés estos productos.
Lo que no vimos en ese momento fue una tablet con 3D, y la idea podría resultar interesante, pero entonces no tenía mucho sentido. Quizá a día de hoy el hardware la hiciera posible si Apple o Google apoyaran lo tridimensional, pero no me parece algo demasiado probable.
Sharp 55ZL2
Aunque hubo más intentos de llevar televisores 3D sin gafas al mercado, este fue el más destacado… ¡y representó un rotundo fracaso! Este modelo del año 2012 usaba una hoja lenticular para ofrecer imágenes 3D hasta a 9 personas, con un panel 4K que daba calidad HD una vez se generaba el efecto. Una cámara controlaba la posición de los espectadores y, aunque parezca que este despliegue tecnológico tenía que ofrecer resultados, no convenció a casi nadie de los pocos que lo pudieron probar.
El efecto era muy débil, casi inapreciable y el televisor costaba cerca de 9.000 euros. Obviamente, un producto así no podía funcionar, y ningún fabricante grande ha tenido interés en lanzar otro televisor similar, ya que la moda del 3D pasó poco después.
La tecnología sigue avanzando
Los meses y los años siguieron pasando y, aunque al mercado no llegaron novedades importantes, en los laboratorios de las marcas sí que hubo avances. Por ejemplo, hace un año supimos de un televisor de marca IZON que al final se quedó en nada. En esas fechas también te presentamos un prototipo de Sharp de 85 pulgadas con resolución 8K que, según los que lo pudieron ver en algunas ferias de electrónica, representó una verdadera decepción. Hace poco comentamos sobre un modelo de Dimenco que buscaba financiación en Kickstarter, sin éxito. Sin embargo, que ningún periodista tecnológico lo haya podido probar me hace dudar de sus capacidades.
En definitiva, no parece que podamos ver un renancimiento de la tecnología… aunque aún hay esperanza en un sector muy concreto, que parece haber superado en cierta medida las limitaciones.
New Nintendo 3DS, la esperanza
Ya no esperábamos a estas alturas un cambio clave en la tecnología de la pantalla de este consola, pero nos vimos sorprendidos por la New Nintendo 3DS, que ya te contamos que mejora en casi todos los aspectos a la anterior versión. Aunque todavía no ha llegado a nuestro país (lo hará en 2015), los medios has sido unánimes al afirmar que hace el efecto 3D perfectamente viable, y a muchos les resulta hasta agradable.
Se trata de una pantalla de paralaje de nuevo, pero ahora la cámara frontal controla la posición de nuestros ojos y evita que perdamos la ilusión de tridimensionalidad. El efecto no ofrece mucha profundidad, pero parece que sí que ayuda a potenciar la inmersión en el juego. No hay que olvidar que la pantalla de la New Nintendo 3DS tiene una resolución muy baja para lo que es normal hoy en día, que su panel es malo en cuanto a la reproducción del color y que muchos juegos no van a 60 fotogramas por segundo. Obviamente, la tecnología 3D podría brillar más en otras condiciones.
Así que creo que ha quedado demostrado que el efecto 3D puede funcionar en dispositivos pequeños para una sola persona. Lo malo es que su uso más lógico es las consolas portátiles, que están en clara decadencia frente a los smartphones. Respecto a los fabricantes de móviles y tabletas, no creo que quieran aventurarse en este campo tan delicado, no al menos sin el apoyo de marcas como Google, Microsoft o Apple.
Respecto a los televisores, por ahora, no han demostrado nada. El hecho de que el punto de vista de los espectadores cambie mucho y se puedan unir varias personas supone más complicaciones, que parecen insalvables por el momento.
Mención de honor: los cascos de realidad virtual
Puede parecer un contrasentido mezclar tecnologías de 3D sin gafas con unos cascos enormes que hay que llevar en la cara, pero creo que tiene cierta lógica. En el caso de las gafas para los televisores, se veían como una molestia que nos impedía disfrutar de la imagen del televisor cómodamente. Pero, en la realidad virtual, el casco es un elemento necesario para el que no hay sustituto, y que nos aísla por completo, que es el objetivo de esta experiencia.
En ese sentido, creo que propuestas como Oculus Rift o Project Morpheus de Sony van a ser el baluarte del 3D en los próximos años. Estos cascos me parecen una moda pasajera pero, para los amantes del 3D, son la opción de futuro más segura.
¿Y los hologramas?
¿Cuándo veremos imágenes 3D flotando en el aire como en las películas? Pues, francamente, creo que vamos a tardar mucho. De vez en cuando leemos noticias de que la tecnología se acerca (muy poco) a los consumidores y se realizan avances pero, hasta el momento, nada de eso se ha hecho realidad. Por ahora, sólo es humo.
Sin duda, los hologramas representarían una revolución en la forma de consumir los contenidos, pero los prototipos desarrollados hasta el momento han sido extremadamente sencillos. Con resoluciones muy bajas y paletas de colores limitadísimas, no tienen sentido para un uso doméstico. Por ahora, deberemos seguir soñando con que se dé un avance rápido en este campo.
Conclusión
Ahora mismo, la tecnología sólo está parcialmente madura, y los consumidores no tiene confianza en ella. En el campo de los cascos 3D tiene futuro, pero el 3D sin gafas real sólo creo que sobrevivirá si Nintendo decide apostar por él en su próxima consola. Algo que, francamente, no tengo nada claro que vaya a ocurrir. La verdad, dudo que ninguna otra compañía se anime por ahora.
Pero todos estos avances no van a desparecer. Los logros actuales quedarán olvidados en un cajón unos años, hasta que alguna marca los desempolve. Entonces la tecnología estará mas avanzada en muchos aspectos (resoluciones, refresco de las pantallas), y se investigará para mejorar lo que ya tenemos. Y eso va a ocurrir, desde luego: en algún momento un ejecutivo de marketing necesitará un argumento para hacer que compremos un nuevo televisor que realmente no nos hace falta, y un modelo 3D sin gafas puede ser el avance más atractivo que encuentre. Ahora mismo no es la ocasión, pero en unos años puede llegar.
Así que el futuro a corto plazo de lo tridimensional es muy muy complicado (a pesar de que la New Nintendo 3DS ha demostrado que podría ser viable). Sin embargo, estoy convencido de que a medio plazo disfrutaremos mucho con esta tecnología.
¿Qué opinas de este tema? ¿A ti el 3D te parece interesante, o crees que no hay necesidad de que resurja por el momento?
Gráficos estereoscopia | Cmglee
Para el uso diario el 3D no me parece realmente interesante, pero sí me lo parece quizá para momentos concretos, en juegos, películas o series. Es probable que en algún momento el 3D sin gafas acabe teniendo sentido en nuestro día a día… o no ;P
Hombre sí, para usar Office está claro que no xD. A mí me parece especialmente interesante para videojuegos.
[…] y en casa uno tiene muchas menos ganas de ponerse accesorios de este tipo. Ya hemos visto que si hay un futuro para el efecto 3D, es prescindiendo de las gafas. Ahora mismo, lo tridimensional ya casi no atrae a […]