A principios de 2016 llegará Oculus Rift, el casco de realidad virtual que ha puesto de moda otra vez este concepto. Aunque ya hemos visto que Xbox One podrá ser conectada a Oculus Rift para disfrutar de sus juegos, realmente los títulos que resultarán interesantes serán aquellos diseñados desde cero para la nueva plataforma. El problema es que el ordenador necesario para que funcionen no saldrá nada barato, y el propio Oculus Rift podría tener también un precio elevado. Sin embargo, apostar por el bajo coste representaría un grave error que acabaría con el interés actual en la realidad virtual si las cosas salen mal.
Así que en este artículo vamos a ver cuáles son los requisitos de Oculus Rift, analizaremos cuánto deberemos gastar en un ordenador y echaremos un vistazo a las declaraciones de sus responsables. Por último, descubriremos por qué lanzar un producto caro se trata de una estrategia no sólo inteligente, sino que es la única que puede llevar al éxito. Comienza nuestro análisis:
Los requisitos de Oculus Rift
Los requisitos recomendados (que no mínimos) para el caso de realidad virtual Oculus Rift piden potencia a raudales, y para eso hay que realizar una inversión económica importante, sobre todo en un buen procesador y una tarjeta gráfica avanzada. Esto es lo que necesitamos:
– Procesador Intel Core i5-4590 (sobre 200 euros).
– Tarjeta gráfica NVIDIA GTX 970 o AMD R9 290 (a partir de 300 euros).
– 8 GB de RAM (unos 50 euros).
– Windows 7.
– 2 puertos USB 3.0,
– Salida HDMI 1.3.
Suponiendo que nuestro ordenador no sirva y queremos comprar uno nuevo, ya solo con lo que aparece en este lista hablamos de más de 500 euros. Si le sumamos el resto de componentes para armar el PC, seguramente acabaremos gastando entre 900 euros y 1.000 euros, un poco más si queremos un disco SSD amplio. A eso hay que añadirle un monitor, porque no vamos a adquirir un equipo de esta categoría sin una pantalla a la altura. Pero tampoco sería justo tener en cuenta el precio del monitor (aunque todo el mundo se haga con uno), dado que para usar Oculus Rift no resulta necesario.
Tanta potencia tienen una razón de ser, la resolución de Oculus Rift es de 2.160 x 1.200 píxeles a 90 fotogramas por segundo. Además, el trabajo aumenta al generarse una imagen para cada ojo. Si consideramos que se quieren ofrecer juegos con un aspecto visual atractivo, necesitamos unos componentes avanzados para lograr un buen resultado final.
Pero a esto hay que añadir el precio del propio casco de realidad virtual, que parece que tampoco será barato…
1.500 dólares y muchas limitaciones
Lo cierto es que estos requisitos de potencia ya dejan de lado a casi cualquier portátil, pero las salidas de vídeo de estos ordenadores tampoco servirían. Además, sólo podremos usar Windows, el soporte de OS X y Linux no está previsto durante los primeros meses. Los responsables de Oculus Rift esperan que la experiencia salga por un máximo de 1.500 dólares (1.400 euros) para quien necesite todos los componentes.
Es decir, que si hablamos de que el ordenador pueda costa unos 1.000 dólares, o quizá un poco más, el precio Oculus Rift rondaría los 400 dólares o 500 dólares. Entendemos que en el pack se incluye el casco, los sensores que necesita y el mando de Xbox One que usa por defecto. Sin embargo, parece dudoso que el controlador de movimiento Touch que soportarán algunos juegos venga de serie. Los usuarios más jugones podrán reciclar componente de su actual PC pero, para la mayoría de los que estén interesados, el coste de Oculus Rift será de esos 1.500 dólares/1.400 euros.
Mejor caro que decepcionante
Yo tengo claro que Oculus Rift no debe de caer en el error de hacer un producto asequible que no cumpla las expectativas. Muchas cosas pueden salir mal con la realidad virtual: una baja resolución o una escasa tasa de refresco causa mareos, una velocidad de respuesta baja arruinará la ilusión, unos gráficos inferiores a los de las consolas nos decepcionarían… Si la realidad virtual fracasa porque Oculus Rift hace recortes técnicos para reducir su coste, puede que la moda pase y debamos esperar décadas a que el gran público se vuelva a interesar por el segmento.
Sin embargo, si el precio inicial resulta elevado pero la experiencia convence, es cuestión de tiempo que el coste baje y llegue a más gente. Me parece mejor ser caro y deseado que asequible e ignorado. Y si decimos esto de Oculus Rift… ¿qué pasará con Project Morpheus, la propuesta de Sony? Da un poco de miedo pensar que una simple PlayStation 4 de 400 euros tenga que ofrecer una potencia para la que Oculus cree que hace falta un ordenador de 1.000 euros.
Un futuro dudoso
Ante Oculus Rift se abren grandes posibilidades, como servir para conocer nuestro destino de vacaciones antes de empezar el viaje o ayudar a sedar los pacientes en operaciones quirúrgicas. Sin embargo, que este casco consiga imponerse como sistema de entretenimiento doméstico parece más complicado. Y es que el gran aislamiento que provoca la realidad virtual puede generar un fuerte rechazo (aunque ayuda a sentirse más inmerso en los juegos), y además resulta incómodo no poder atender a nada más mientras estamos en nuestro mundo virtual.
Así que Oculus Rift ha acertado con su precio alto, ahora mismo la prioridad es ofrecer una experiencia convincente, y ya habrá tiempo para reducir costes. Eso sí, yo no tengo claro que la realidad virtual sea capaz de volverse un medio relevante una vez se acabe esta moda. Pero, desde luego, si Oculus Rift no es capaz de atraer a los consumidores, puede que pasen muchos años hasta que tenga otra oportunidad, como le ha ocurrido a los televisores 3D.
¿Qué opinas de este tema? ¿Tú también crees que la realidad virtual debe poner el énfasis en la calidad, o piensas que tiene que hacer esfuerzos por resultar asequible?
